Mariano Rajoy tiene un problema: pese a que no tiene ningún apoyo, aún se cree el rey de la selva, sin darse cuenta de que uno solamente lo es si los otros se lo reconocen.
A este propósito se cuenta que el león se dio un día un garbeo y encontró a un antílope. Le preguntó quién es el rey de la selva y, como tardara un segundo en contestar, le dio un zarpazo que le hizo responder: «Eres tú, león». Y algo parecido ocurrió cuando se topó con una jirafa, a la que mordió en el cuello antes de que reconociera su realeza.
Por fin le salió al paso un elefante. Le preguntó: «¿Quién es el rey de la selva?». Apenas había formulado la pregunta, que el paquidermo le lanzó al aire con la trompa un par de veces y al caer al suelo le aplastó con una pata. Entonces el león levantó tímidamente la cabeza y dijo: «Bueno, bueno, tampoco es para que te pongas así porque no te sabes la respuesta».