El último tren para el diálogo

Han pasado 114 días desde las Elecciones Generales del pasado 20 de diciembre y todo apunta que España tendrá unos nuevos comicios para el 26 de junio. A lo largo de estos casi cuatro meses los partidos soberanistas han vuelto a poner sobre la mesa la convocatoria de un referéndum sobre la autodeterminación de Catalunya. Muchos analistas han calificado este cambio de escenario como de un paso hacia atrás, ya que creen que la vía escocesa es contradictoria con la hoja de ruta de Carles Puigdemont.

Creo que las dos cosas son compatibles. Es curioso que los especialistas que entonces reclamaban diálogo y ahora critican esta petición negaran una y otra vez el carácter plebiscitario del pasado 27 de septiembre. Durante aquella campaña electoral, el entonces President Artur Mas se hartó de decir que cambiaba las elecciones por un referéndum...pero no hubo manera de convencer a PP y PSOE.

A veces, para dar dos pasos hacia adelante primero debe darse uno hacia atrás. Por eso, la opción de pedir ahora la Consulta vinculante acordada con el Estado me parece de sentido común, más después de que las fuerzas independentistas no sumaran la mayoría absoluta de votos (se quedaron con el 47,8%). El intento, coincidiendo con la teórica formación del nuevo ejecutivo, es la última opción para evitar la vía unilateral prevista en el acuerdo entre CDC, ERC y la CUP. Y mientras se reclaman las urnas, no me parece contradictorio que se vayan definiendo estructuras de estado. Y es que si Madrid sigue igual, dentro de 15 meses todo es posible. Y el tren del diálogo ya se habrá ido.