Fragmentación en las diputaciones

En una anterior Tribuna me refería a la cultura del pacto, así como a la elección por la vía indirecta de los miembros de las diputaciones, que también suponen en la actualidad una importante cuota de poder.

Pues bien, en Tarragona la coalición Convergència i Unió (CiU) ha perdido la mayoría absoluta en la Diputación, al pasar de los catorce a los once diputados, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) releva al Partit Socialistes de Catalunya (PSC) como segunda fuerza, al pasar de dos diputados a siete, según los resultados correspondientes a la corporación provincial.

El PSC queda como tercera fuerza al pasar de nueve diputados a seis, mientras que el Partido Popular (PP) también retrocede al perder un diputado, quedando con un único representante. De otra parte Ciutadans (C’s) y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) irrumpen por primera vez con estreno en la Diputación de Tarragona con un representante cada uno.

El elegido de la CUP procederá del partido judicial de Reus, ciudad en la que ha pasado de uno a seis concejales, siendo la segunda fuerza política local detrás de CiU. El elegido por C’s procederá de Tarragona, donde constituye la segunda fuerza local en la capital.

CiU confía en el hasta ahora y veterano presidente de la Diputación, Josep Poblet, alcalde electo que ha revalidado su sexto mandato en el Ayuntamiento de Vila-seca y siempre con una importante mayoría. Así que para la futura presidencia de la Diputación de Tarragona habrá que someterse a la necesaria cultura del pacto. Y ello después de los mandatos por mayoría absoluta de Josep Poblet. Y ¿qué ha pasado en la Diputación de Barcelona, la segunda administración de Catalunya con el mayor presupuesto a su cargo? Pues también surge el fraccionamiento. CiU consiguió revalidar su mayoría, con catorce diputados, pero se queda lejos de los veinte que consiguió en el año 2011. Si se respeta que gobierne la formación más votada, CiU podría encadenar cuatro años más al frente de la corporación. La coalición sobrepasó al PSC en este organismo por primera vez en 2011.

CiU necesitará seguir pactando con otros partidos, como el PSC y ERC, para superar los 26 representantes que otorgan la mayoría absoluta. ERC pasa de dos a once asientos en la Diputación de Barcelona, mientras que el PSC reduce su peso a casi la mitad, al pasar de 19 a 10 representantes. El PP se queda con tres diputados frente a los seis que tenía en 2011.

Entesa, en 2011 Iniciativa per Catalunya, también aumenta en representación al pasar de cuatro a ocho escaños. C’s ha conseguido tres representantes, merced a su entrada en los grandes municipios del área metropolitana, al igual que CUP que tendrá dos asientos.

Y ¿qué pasa en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB)? Aquí el asunto es distinto pues los ayuntamientos y las diputaciones se forman según la Ley de Hondt, pero en el AMB su hemiciclo no depende directamente de los resultados de las elecciones locales, sino de los acuerdos de los 36 municipios que integran el Área. El AMB cuenta con un presupuesto de 637 millones de euros y actualmente cuenta con 90 miembros. De ellos 36 son directos: los alcaldes. Barcelona tienen 25 representantes y el resto de ciudades entre uno y cuatro, incluido el alcalde en todos ellos.

La capital designa, como vemos, a 25 miembros y el resto, entre uno y cuatro, según su correspondiente población. A partir de 75.000 habitantes, los representantes se eligen según la Ley de Hondt, en función del número de concejales; por debajo, por la mayoría absoluta del Ayuntamiento. En las ciudades de menos de 20.000 habitantes, solo se elige al alcalde.

Toda esta compleja maraña matemática origina que el pleno del Área Metropolitana de Barcelona no se constituya hasta el próximo mes de julio.