Fumar, un vicio que nos sale muy caro

Fumar no solo mata, sino que es carísimo. Que se lo digan a mi amigo Iñaki, que se ventila casi dos cajetillas diarias y se deja en su vicio una media de 200 euros al mes. Sí, el tabaco es un mal negocio para los fumadores. Pero también lo es para los que no lo somos, como revela un estudio de la entidad Rezero que calcula que la limpieza de las colillas de cigarrillo de la calle y su posterior gestión cuesta de 12 a 21 euros anuales por persona en Catalunya. Y es que recoger las colillas de la vía pública es una tarea difícil y laboriosa para los servicios de limpieza. O sea, que en mi casa, donde vivimos cinco personas, ninguna de las cuales fuma, pagamos 100 euros al año por los cigarrillos que algunos fumadores –insisto en lo de algunos, pues conozco a muchos que son muy pulcros y cuidadosos– arrojan al suelo una vez los han consumido. Según explica Rezero, en Catalunya las colillas generan más de 2.700 toneladas de residuos anuales y suponen el más abundante en las playas. Se estima que el 70% de los cigarrillos que se fuman terminan en el suelo o en espacios naturales. Vaya, que todo ese dinero gastado en campañas de concienciación, en distribución de ceniceros portátiles en las playas, en la instalación de receptáculos para dejar las colillas… ha servido de bien poco. Sí, como decía, fumar sale caro. A todos.