El domingo me llamó positivamente la atención una carta de Gonzalo Quirós, del barrio de Bonavista, que fue dirigente local del PSUC y de CC.OO. Se refería a la aprobación por el Ayuntamiento de Tarragona de acudir a los tribunales por crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo. No lamentaba esto, sino el hecho de que esas mociones olviden condenar también los crímenes de las milicias entre los años 1936 y 1938. Tiene razón.
El periodista Paco Basco ha incidido en esto al referir el caso de una mujer del Priorat que ha sido considerada víctima del franquismo.
Y lo fue, ciertamente; pero la realidad completa es que, siendo ella de la FAI, participó con su pistola en la muerte de un buen hombre, Salvador Estrem, el 13 de septiembre de 1936 en el cementerio de Falset.
¿Por qué no condenar todos los crímenes? ¿Hemos de imitar al franquismo y recordar solo los de una parte?