Las borracheras juveniles

Causan estragos a las familias que sufren esta lacra, que por muchos comas etílicos que padezcan algunos, incluso muerte, poco parece afectarles. Sería bueno conocer qué ha sido de estos jóvenes cuando han llegado a la edad adulta. No me refiero a los que han acudido media docena de veces a estas nefastas reuniones con botella en mano, sino a los que son asiduos y que se creen más fuertes que nadie cuanto más beben. ¿Es culpa de la educación que reciben en casa, o es su coco que no reacciona ante estos devaneos que le llevan a situaciones tan peligrosas? ¿En las escuelas se advierte de que estas reuniones con bebidas, además de ilegales para los menores de edad, son también malas para su salud y para la tranquilidad de sus padres?

No tendría que haber tanta vigilancia, si todos hicieran lo que deben, pero ya sabemos que esto no sucederá nunca. Pues algo habrá que hacer, bien desde las escuelas, desde los medios de comunicación, incluso cine, para que se den cuenta, los que no tienen visión de futuro, que les puede deparar una vida nada fácil este comportamiento ‘botellero’, recordándoles, por si acaso les importa algo, el sufrimiento de sus padres.

Maria Elisa Aragonés Domènech

(Tarragona)