Antonio Hernando, portavoz socialista en el Congreso, acababa de meter un palo a Rajoy para no perder la costumbre, cuando obtuvo la réplica de Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz del Gobierno le contestó, y en cierto punto de su intervención, mirando a su oponente, le dijo: «Y no me insulte, señor Hernando, que le leo los labios».
La frase, en un contexto político, la hizo famosa George Bush padre cuando ante la convención de 1988 quiso reforzar su promesa de no subir los impuestos, diciendo: «Read my lips: no new taxes». Fue su frase más recordada, como nuestros «Puedo prometer y prometo» (Suárez), «¡Váyase, Sr. González!» (Aznar), «Ja soc aquí» (Tarradellas) o «Això no toca» (Pujol).
Desde ahora Hernando tendrá que hacer como los futbolistas, taparse la boca. Es una costumbre que hasta los niños que juegan al fútbol les imitan y se tapan la boca como si fueran Messi o Ronaldo.