Lo que Catalunya necesita

Mientras Esquerra acaba de deshojar la margarita y, tras volver a negar al PSC de Illa, negocia la formación de un Govern en el que, según sus primeras intenciones, tratará de incorporar a Junts, la CUP y los comunes –una tarea compleja por la negativa de En Comú Podem a compartir espacio con Junts y por la propia idiosincrasia de la CUP–, los ciudadanos de Catalunya esperan expectantes la composición de un gobierno que tiene ante sí importantes e impostergables retos. El primero de ellos debe ser afrontar la gestión de la pandemia y sus terribles consecuencias con medidas claras y unitarias que, lejos de contribuir al clima de incertidumbre, aporten certezas con una línea común, más allá de a qué partido pertenezca la conselleria que las adopta o anuncia. Las dramáticas dimensiones de los efectos que el coronavirus ha creado, tanto en el plano sanitario como en el social y el económico, obligan al nuevo Govern a priorizar la salida de la crisis sin dejar a nadie atrás.

Así las cosas, la recuperación económica debe ocupar un lugar privilegiado en la agenda del nuevo gobierno, sea este del color que sea. Y, ante la envergadura de la tarea que se avecina en este sentido, lo ideal sería contar con el mayor consenso posible de todas las formaciones que conforman el arco parlamentario, para lo que todos los partidos –o, al menos, la mayor parte de ellos– deberían hacer un gesto de generosidad para poner por delante de cualquier otra consideración el bienestar de los ciudadanos. Porque recuperar la inversión y sobre todo la confianza requerirá de tal esfuerzo que no contar con todos los que estén dispuestos a aportar soluciones constituiría un grave error. Y, además, Catalunya necesita un ejecutivo y unas instituciones que gobiernen para todos, que tengan en cuenta las necesidades de todos los ciudadanos y se supere una división que no ha hecho sino debilitar el país. Los desafíos son enormes, por lo que sería de desear un Govern fuerte que aporte estabilidad y confianza para superar todos los retos que Catalunya tiene ante sí.