Otra vez al borde del abismo

Poca visión política. La República o cualquier entidad social o jurídica intermedia que pretenda luchar por un nuevo escenario de relación con el Estado no se construye desde las barricadas ni con capuchas.

17 diciembre 2018 19:07 | Actualizado a 06 febrero 2019 17:52
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Estoy seguro que la mayoría del independentismo no es violento y defiende democráticamente sus legítimas opciones. El problema hoy es que la mayoría ha dejado el paso a una minoría violenta y a veces tan enloquecida que es capaz de reclamar protección policial de los mossos mientras infringe clarísimamente la ley cortando la carretera de Les Gavarres y secuestrando a miles de tarraconenses que vieron su jornada alterada bruscamente por iniciativa tan democrática.

El mundo al revés pensé cuando leía la crónica de los compañeros del Diari: los violentos pidiendo a la policía que los protegiera de los indefensos pero lógicamente cabreados ciudadanos.

En cualquier país del mundo civilizado esta noticia formaría parte de la sección de rarezas pero es que me temo que Catalunya se ha convertido en una rareza con un president interino que tan pronto critica a la policía por hacer su trabajo como se recluye dos jornadas en ayuno en Montserrat para solidarizarse con los políticos presos mientras alienta el conflicto citando las bondades de la vía eslovena.

Vía que terminó (sí.. ya sé que lo sabe pero se lo repito señor Torra) con más de 80 muertos, miles de heridos y una sociedad fracturada. Con un Parlament que no ha escuchado las protestas de distintos colectivos (médicos, estudiantes, pensionistas, policías) ensimismado como está con el Procés…y  finalmente con una sociedad que se ahoga en la melancolía.

Una tristeza que compartí el pasado fin de semana paseando por Reus donde crecí profesionalmente y donde sólo vi pistas de un país que era grande y se ha vuelto pequeño. 

La derecha española y particularmente de Madrid se frota estos días las manos tras la debacle socialista en Andalucía pero sobre todo por el ascenso de la ultraderecha. Y es que igual que cada negativa o provocación del Sr. Rajoy y su partido hicieron crecer cada día las filas independentistas durante sus años en el gobierno, hoy pasa lo mismo pero con los simpatizantes de los partidos que sustentan la derecha más radical: cada declaración o provocación (que las hay a diario) de los partidarios con romper como sea con España crea un efecto por el que miles de personas que no comulgan con esa idea se sumen a las posiciones más intransigentes ante Catalunya.

Y en medio de ambas posiciones irreconciliables el gobierno de Pedro Sánchez que ha planteado a la sociedad catalana una propuesta de diálogo que ha sido despreciada. Desprecio que se va a visualizar de una forma definitiva el viernes en el Consejo de Ministros a celebrar en Barcelona con un anunciado boicot alentado por parte del govern (Torra a la cabeza) y distintas organizaciones que representan lo más extremo de la vía independentista.

Ante este panorama en el que los CDR (alentados… ¿recuerdan el «apreteu apreteu»?) van a actuar para demostrar lo moderno que es este país aspirante a constituir una república independiente. Ya se comienzan a levantar voces como las de ERC que verbalizan lo que muchos pensamos (estemos a favor o en contra de la separación de Catalunya): que la República o cualquier entidad social o jurídica intermedia que pretenda luchar por un nuevo escenario de relación con el Estado no se construye desde las barricadas ni con capuchas.

Considero lo que pueda pasar este viernes una anécdota pero lo que verdaderamente me preocupa es el cuello de botella al que hemos llegado y que nos lleva a unas elecciones en las que una hipótesis creíble sería el crecimiento y vuelta al poder de la derecha con el añadido de un grupo ultra. Esto que sería para mi opinión un desastre supondría un escenario muchísimo más negro para las aspiraciones de quienes de una forma democrática y pacífica quieren la independencia.

Si creen que cuanto peor mejor y así nos encauzamos hacia un estallido final están demostrando poca visión política y un nulo afecto por aquellos a quien representan. No se merece el pueblo catalán ser llevado de la mano por una minoría hacia la confrontación.

¿Estamos a tiempo de establecer un diálogo de verdad constructivo? ¿Podemos poner en un lado lo que pase en el proceso judicial aún estando de acuerdo con que se ha abusado de la prisión preventiva?

¿Hay voluntad de trabajar sobre un nuevo marco (Estatut) que nos permita seguir avanzando en un autogobierno que pueda encajar en una Constitución reformada que incluya los elementos de estado federal que tan bien funcionan en otros países? ¿O vamos a tener que seguir atados de pies y manos mientras unos y otros nos llevan nuevamente hasta el abismo porque sólo persiguen sus intereses  y el resto les damos igual? 

 

Javier Pons inició su carrera en Radio Reus. Ha sido director de ‘El Terrat’, director de TVEy CEO de Prisa Radio. Actualmente dirige la productora Globomedia (Mediapro).

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