Pedir perdón

La crisis de valores que llevamos sufriendo desde hace ya demasiado tiempo está dejando a nuestra sociedad huérfana de referentes vitales

19 mayo 2017 22:35 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:57
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La crisis de valores que llevamos sufriendo desde hace ya demasiado tiempo está dejando a nuestra sociedad huérfana de referentes vitales como la honestidad, la humildad, el sacrificio o la autocrítica, por enumerar algunos. Muchos de nuestros políticos, a los que cada cuatro años les damos la oportunidad de representarnos y gestionar el bien común, han dejado de ser un espejo en el que poder mirarnos haciendo añicos algunos de estos valores. Podríamos contar con los dedos de las manos (y nos sobrarían) a los representantes públicos capaces de reconocer un error, entonar un mea culpa o pedir perdón por haberse equivocado.

La semana pasada, el lehendakari del gobierno vasco, Íñigo Urkullu, protagonizaba un gesto de humildad que, aunque los medios de comunicación resaltaron como noticia, creo que no se le ha dado el valor que se merece. Urkullu, un día después de recibir por primera vez a las víctimas del terrorismo de ETA, pidió perdón en público a los familiares que han perdido a un ser querido por culpa de la sinrazón terrorista, por el trato que el gobierno vasco les ha dispensado, especialmente durante la década de los 90, unos años de mucha violencia, tanto en Euskadi como en el resto de España por culpa de la barbarie etarra. «Debemos reconocer que llegamos tarde a la sensibilidad y respuesta que merecían las víctimas. Asumimos la autocrítica porque debimos reaccionar antes y hacerlo mejor, por lo que pido perdón», dijo el lehendakari, en un acto que le honra y del que muchos tendrían que tomar nota para intentar cerrar las cicatrices del odio abiertas tras tantos años de sufrimiento y dolor en el País Vasco.

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