Rajoy sale del plasma

Mariano Rajoy ejerció ayer de gallego al ser preguntado sobre si se planteaba la posibilidad de convocar las elecciones generales el 27 de septiembre, coincidiendo con la anunciada fecha de las autonómicas ‘plebiscitarias’. Rajoy no dijo ni sí, ni no, como buen gallego. Sólo fue tremendamente claro y contundente cuando anunció su intención de volverse a presentar. Su comparecencia de ayer vislumbró una intención de cambiar de política de comunicación. El resto lo deben poner los datos económicos en los que confía el PP para repetir victoria electoral. No lo tendrán fácil. Los dos grandes partidos tradicionales que han gestionado el bipartidismo han perdido gran parte de la confianza ciudadana. Ambos han traicionado significativamente sus programas con ocasión de la pasada crisis: el PSOE aceptó el mandato europeo de realizar un recorte de 15.000 millones de euros en mayo de 2010 que contradijo abruptamente su proyecto e incluyó reducción de salarios públicos, congelación de pensiones, etc., y el PP desatendió todas sus promesas, que entre otras cuestiones negaban cualquier subida de impuestos, nada más desembarcar en el gobierno en 2011. En cambio, los nuevos partidos -Podemos y Ciudadanos- tienen todavía intacta la confianza que les otorga la gente. Su única táctica es criticar al adversario y no decir demasiadas sandeces, algo que con tanta aparición televisiva les resulta cada vez más difícil.