Rómulo y Remo o la loba del Capitolio

19 mayo 2017 22:30 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:02
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Por aquellos años de silencio político y censura controlada por la autoridad gobernante, Tarragona era una ciudad callada y guiada políticamente. Los movimientos de masas en la ciudad sólo se producían con eventos religiosos, como la visita de la imagen de la Virgen de Fátima. Los alumnos de la escuela de La Salle recorrían mi barrio dando gritos y agitando campanas con la mano, invitándonos a la asistencia del Rosario de la Aurora (a las seis de la mañana), y acompañados con el tañer de campanas de la parroquia. La Santa Misión llenaba de hombres los locales donde expertos oradores atacaban la inmoralidad masculina, haciendo prometer no ir a la playa. Las mujeres que usaban biquini no escapaban a la sanción. La Jefatura provincial del movimiento (ahora Administración del Estado, Servicios Provinciales), situada en la plaza Imperial Tarraco, colocó en la pared que daba a la Avenida de Roma una placa con la figura de la loba del Capitolio, en la que Rómulo y Remo maman de sus ubres. Una cortina tapaba la escultura en espera que las autoridades la retirasen, con lo cual quedaría inaugurada la Avenida de Roma actual. Llegado el día, al retirar la cortina, quedó expuesta la figura con un papel que decía: «Aquí maman dos, pero dentro muchos más», ante la hilaridad general. Actualmente esta figura está expuesta en el Pretorio romano de la ciudad.

Francisco Ortiz de Pinedo Mendiluce

(Tarragona)

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