Son seres humanos

La ministra de Defensa, Margarita Robles, admitió ayer que el Gobierno del que forma parte debe hacer autocrítica por la gestión de la crisis migratoria en Canarias y cuestionó las condiciones en el muelle de Arguineguín, donde en los últimos días se han llegado a concentrar más de 2.000 migrantes en condiciones que, según la propia ministra, «no eran las más adecuadas para seres humanos». Sí, hace tiempo que no tratamos a los inmigrantes como seres humanos.

Nos hemos acostumbrado a verlos viajar hacinados en frágiles pateras y balsas de lona, a las noticias que hablan de tragedias en el Mediterráneo, un mar –nuestro mar– convertido en un enorme cementerio, a las persecuciones de que son objeto por parte de la policía, a cerrarles la puerta en las narices… Se nos olvida que son personas, como usted y como yo, que solo persiguen el sueño de una vida mejor. De una vida, así, a secas, en muchos casos. Como hicieron muchos de nuestros familiares no hace tanto, cuando España y Europa estaban devastadas por la guerra y el hambre y como hacen hoy –y harán mañana– nuestros hijos, en busca del trabajo que aquí se les niega.

Como recuerda la misma Margarita Robles, «en este momento hay 71 millones de refugiados en el mundo, 25 guerras abiertas, hay hambre, hay violencia, mujeres que son utilizadas como armas de guerra…». Sí, todo esto sucede a nuestro lado, aunque aquí, ahora ‘nuevos ricos’ del primer mundo, optemos por mirar hacia otro lado obviando que sí, que esas gentes que se juegan la vida huyendo de sus países de origen para tener una vida son, efectivamente, seres humanos.