El miércoles Mariano Rajoy recibió la esperada llamada de Donald Trump. Duró un cuarto de hora y, si tenemos en cuenta que hubo intérpretes, hablaron unos siete minutos.
Ha trascendido que Trump le pidió dinero (mayor contribución a la OTAN) y que nuestro presidente se ofreció para hacer de mediador con la Unión Europea, Latinoamérica y Oriente Medio, nada menos. Solo faltó que Trump se ofreciera por su parte para mediar entre Catalunya y Rajoy.
Consta también que el gallego salió bien parado. Trump no le colgó el teléfono, como al primer ministro australiano, porque no le dio motivos. No le criticó su política migratoria ni nada, y es que Rajoy, cuya tendencia natural y cromosómica es esperar, quiere dar tiempo al tiempo para ver cómo va actuando el mandatario americano.
Sea como sea, no hubo exabruptos de Trump, ni acabó diciendo: «¡Y esta llamada telefónica la pagará México!».