Un ramo 
de flores

Hay fotografías impagables de la sesión de ayer: la de Pedro Sánchez, satisfecho del apoyo del partido del que dijo que no dormiría tranquilo si lo tuviera en el gobierno; y la de Pablo Iglesias, emocionado hasta las lágrimas al convertirse en número dos de un gobierno encabezado por el PSOE, del que había dicho que tiene las manos manchadas de cal.

Otra: la de Montse Bassa (ERC) afirmando que la gobernabilidad de España le importa un comino, a lo que le faltó añadir: … por ello la haremos posible. O la de los partidos de la derecha, actuando como el perro del hortelano.

Pero me quedo con la de Aina Vidal, enferma de cáncer, recibiendo un ramo de flores. En medio del cálculo, la estrategia y la bronca, las flores me parecieron más bellas que nunca.