Vergonzosa imagen de otra época

Creíamos –al menos, yo creía– que esa imagen estaba superada, que ya había pasado a formar parte del pasado, que en estos tiempos una escena así sería intolerable. Y lo es, pero allí sigue. Aquí al lado. En nuestra primermundista y solidaria Catalunya. Sí, la imagen de seres humanos durmiendo en las calles de Lleida a la espera de que llegue un agricultor que, sin bajarse de la furgoneta, seleccione a los más fornidos para recoger fruta a cambio de 6,50 euros la hora –en el mejor de los casos– es habitual en esa ciudad. Denuncian que la mayoría de hosteleros y propietarios de pisos vacíos les han dado la espalda. Un futbolista del Mónaco, Keita Baldé, con raíces senegalesas, se conmovió al ver a un temporero romper a llorar en un vídeo por las redes sociales y se puso en contacto con hoteles vacíos por la pandemia para que, pagando por adelantado, acogieran a estas personas. Pero nada, prefieren mantener las habitaciones cerradas. Terrible gesto de inhumanidad que saca a la luz el racismo y la aporofobia –odio al pobre– que sigue latente en gran parte de nuestra sociedad. Sí, porque uno se pregunta: ¿hubieran reaccionado de esta manera, negándoles un lugar donde dormir, si, en lugar de unos temporeros africanos la solicitud se hubiera llegado, por ejemplo, de un club de fútbol de primera división? Pues eso.