Con la convocatoria electoral Rajoy desactivó de un plumazo la épica de los independentistas, pero ayer la juez Carmen Lamela ha vuelto a ponerlos en la cresta de la ola. Encarcelando al Govern ha anulado el efecto Rajoy, favorecido los argumentos de Puigdemont y dado ventaja a los independentistas de cara al 21-D.
Es inevitable pensar en los sucesos de 1934. El 6 de Octubre, proclamación de Companys en el balcón; al día siguiente, la República detiene al Govern y lo encierra en el Uruguay. Desde allí Companys irá a la Modelo de Madrid y al penal de Puerto Santa María, hasta febrero de 1936, con el triunfo del Frente Popular. Azaña decreta la amnistía y el Govern vuelve a Palau.
Habría que aprender las lecciones de la historia. La cárcel no es solución.