Cerco al tabaco

El Gobierno parece decidido a poner cerco al tabaco. Para ello prepara una ley que previsiblemente verá la luz a finales de este mismo año que, entre otras cosas, restringe los lugares en los que se puede fumar. Así, no se podrá encender un cigarrillo en las terrazas de bares y restaurantes, ni en estadios deportivos, ni en playas, ni en parques, ni en ningún sitio donde haya concentración de personas.

Además, se incluye el coche particular entre los sitios vetados para el cigarrillo. Los paquetes de tabaco pasarán a ser neutros, sin logotipos de marcas. También incluye la ley como línea de actuación «impulsar la revisión de la fiscalidad para lograr un incremento y aproximación del precio de todos los productos del tabaco y de los dispositivos de calentamiento utilizados para su consumo», así como «promover que se graven los cigarrillos electrónicos con impuestos especiales».

De esta forma, cigarrillos, puros, tabaco de liar, pipas de agua, cigarrillos electrónicos y tabaco calentado... todas las formas de consumo de tabaco sufrirán un incremento en el precio. El endurecimiento de la ley cuenta con el aval de las sociedades médicas, que llevan años advirtiendo sobre las nefastas consecuencias que este hábito tiene sobre los fumadores, pero también sobre quienes están a su alrededor. No puede ser de otra forma si tenemos en cuenta que en España 52.000 personas mueren al año de manera prematura por el consumo de tabaco.

Pero ni el Gobierno ni el colectivo médico están solos en esta batalla; el 85% de los españoles quiere que se regule de manera más restrictiva el consumo de tabaco, y un 72% prohibiría fumar en las terrazas de bares y restaurantes, según la encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Los resultados de este análisis constatan que se da el clima social idóneo para que se regule de manera más rigurosa el consumo de tabaco y se asuma este tema como el asunto de salud pública que es.