Las posturas negacionistas de la violencia de género se extienden a una velocidad preocupante entre los jóvenes y adolescentes españoles. Y no solo entre los chicos. Casi la cuarta parte de los varones españoles de entre 15 y 29 años defienden que la violencia machista en la pareja no existe y que solo se trata de «un invento ideológico».
El porcentaje (el 23,1% ya este año) no para de subir. Ha aumentado tres puntos en los últimos dos años la proporción de chicos que lo creen, pero casi se ha duplicado en cuatro, desde el 12% que así lo pensaba en el primer Barómetro Juventud y Género de FAD, de 2019.
Pero no son ellos quienes cada vez piensan en mayor número que la violencia de género no existe. Entre ellas la cifra casi se ha triplicado en los mismos cuatro años. Una de cada siete defiende hoy que el maltrato machista es solo un invento. Quienes así piensan han pasado de un residual 5,7% en 2019 a un sorprendente 13,2%. Si son muchos los que niegan el problema aún son más los que admiten la existencia de la lacra, pero luego minimizan su importancia o banalizan sus efectos. Durante el último cuatrienio se han duplicado los españoles de 15 a 29 años que opinan que si la violencia de género es de poca intensidad «no es un problema».
Las vejaciones que muchas mujeres soportan a manos de sus parejas o exparejas asfixian sus opciones
de tener un empleo
de tener un empleo
La existencia o ausencia de empleo es un factor clave para caer en el pozo que para centenares de miles de españolas abre la violencia de género, pero también puede ser el instrumento que permita salir de una vez por todas de esta lacra. Depende de la ayuda que reciban para romper el círculo vicioso en el que les introduce el binomio de violencia y desempleo.
Las vejaciones, humillaciones y ataques que muchas mujeres soportan a manos de sus parejas o exparejas asfixian sus posibilidades de tener un empleo. Salvo que las autoridades pongan los medios para que rescatarlas de esta parálisis, sufren un empobrecimiento paulatino y un paro de larga duración que las instala en la exclusión social, la precariedad y la economía sumergida. Por todo ello es tan importante reivindicar el 25N.
