Al padre Escarré, ya enfermo, una persona le comentó: «Debe tener ganas de ir al Cielo», a lo que contestó con buen humor: «Bueno, más que ganas siento curiosidad».
Murió el padre claretiano Eduard Canals, que sirvió 37 años a la Iglesia de Tarragona. Ayer el arzobispo celebró por él la misa en Sant Agustí, donde miles de veces había oficiado. Para muchos fue consejero y amigo; para mi familia fue también el biógrafo del hermano de mi bisabuelo, el P. Ermengol Coll, primer obispo de Guinea Ecuatorial, donde hace cien años inauguró la Catedral de Fernando Poo.
Le traté con motivo del libro y cuando publicó sus Guíes Claretianes siguiendo las huellas de su fundador. El P. Canals satisfizo su curiosidad en vida, predicando en Buenos Aires, Nueva York y París. Amaba al mundo, comenzando por sus feligreses. No escribió una autobiografía, así que su vida santa hemos de contarla sus amigos.