Una prueba de la fortaleza del independentismo en Catalunya es que subsiste no solo pese a sus contrarios, sino también pese a sus adeptos.
La Diada actúa como termómetro de la salud del Procés, aunque desde que apareció la Covid-19 toda contabilidad es poco expresiva, ya que no se sabe si la gente se queda en casa por prudencia o por desencanto. A la dificultad de medir las emociones colectivas, se suma la sensación de cada persona, condicionada por experiencias propias.
Josep Pla cuenta que en 1931 se encontró en Madrid con Unamuno. Estaba congestionado. En el tranvía le habían robado 300 pesetas de su chaleco. Pla intentó consolarle: «Esto puede pasarnos a todos», pero don Miguel replicó: «No, querido Pla, esto de la República va mal, muy mal…».