Elecciones el 14-F, ¿cómo acabarán?

31 diciembre 2020 09:52 | Actualizado a 29 abril 2021 10:34
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Golpe de efecto del PSC-PSOE a las elecciones catalanas: la candidatura será encabezada por el actual ministro de Sanidad, Salvador Illa. Ha sido un candidato promovido por Miquel Iceta junto con Pedro Sánchez. Quien ha gestionado diariamente la pandemia de la Covid-19, no gestionará el año de la vacuna. Ha sido un golpe espectacular, pero ¿cuántos votos puede atraer Illa? Será el voto útil de los constitucionalistas. El año empieza con unas elecciones catalanas que las encuestas se encargan de decirnos lo que pasará (no siempre aciertan y más con lo que pueda pasar todavía). En Catalunya acabó el año con el final de una legislatura llena de sobresaltos y con un gobierno que se dedicó más a la agitación independentista que a gobernar, con Quim Torra al frente. Ahora nos espera un nuevo gobierno tras el 14-F, fecha en la que han sido convocadas las elecciones. Según las encuestas, las elecciones pueden acabar con un gobierno pactado entre Esquerra Republicana y los socialistas del PSC, apoyado también por los Comunes (versión Podemos en Catalunya). Según los socialistas del PSC, el partido necesita solo 100.000 votos para ganar las elecciones, por encima incluso de ERC.

Hemos dicho gobierno pactado, no de coalición. Es repetir la fórmula de Madrid donde ERC y el PSOE gobiernan sin coaligarse, a no ser que gane Salvador Illa. 

Hablamos de lógica -si es que la política tiene lógica- de la lógica del reparto de poder. Esto llevará al Junts (el partido del expresident Carles Puigdemont)  a estrecharse el cinturón y reducir los gastos en Waterloo, donde residen -y comen- Puigdemont y los suyos, es decir los «exiliados» o fugados de la justicia y su corte, y el llamado Consell per la República, cuya composición casi nadie los conoce en Catalunya. La analogía política entre Madrid y Barcelona ha funcionado siempre, hasta ahora. Con los gobiernos de Jordi Pujol, que apoyaba a los gobiernos del PP y del PSOE sin formar parte de ellos, y en la época del tripartito de Pasqual Maragall, cuando ERC daba solo su apoyo al gobierno de Zapatero. El Govern de ERC deberá rebajar su tensión independentista, sin dejar de serlo, y dedicarse a reconstruir este maltrecho país. Maltrecho no solo a causa de la Covid, sino por la caída de los índices económicos que ha causado el Procés en los últimos años. No voy a decir qué índices, porque los airea la prensa cada dos por tres. 

Pere Aragonés, president en funciones, afirma que lo primero es reconstruir el país antes de proclamar la independencia --que se queda en papel mojado, mientras no haya una mayoría social potente-. Lo dice también Oriol Junqueras. O más bien, Pere Aragonés lo dice, porque lo dice Oriol Junqueras. Por la calle se ven pocos lazos amarillos, no porque los presos han sido indultados o amnistiados, y los «exiliados» han vuelto. No. Porque todo sigue igual: los presos siguen en la cárcel (suavizada ciertamente) y los fugados siguen pendientes de la justicia.  ¿Serán indultados? Desde el primer momento, el partido socialista (PSOE) está de acuerdo con los indultos, a pesar de que jurídicamente sea complicado, pues los afectados no solo no están arrepentidos de lo que hicieron, sino que siguen diciendo «ho tornarem a fer». Será una decisión política, pero en un estado de derecho la política no está por encima de la ley ¿Hay otro medio para rebajar la tensión en Catalunya? Los presos y los fugados piden la amnistía, pero eso sí que sería dar un triple salto mortal a la ley. ¿Y los otros partidos, como PP, Vox, Ciutadans (que ganó las elecciones en 2017, por encima de los indepedentistas), PDECat, CUP, etc.? No estarán en el reparto de poder en Catalunya. Cs seguirá teniendo fuerza electoral, aunque menos, y las fugas que hay ahora (al PP y PSOE) tienen más interés en mantener el escaño. El PP está sin liderazgo tanto aquí como en Madrid, y los pocos votos que tiene serán repartidos con Vox. El PDECat es el partido de Artur Mas, aunque no lo lidere, y éste arrastra múltiples errores de estrategia, de táctica y de nariz política. La CUP seguirá con su grupito de diputados, mientras que el gran opositor será el partido de Puigdemont, con Laura Borrás el frente, pues Puigdemont es eurodiputado, de momento, y vive en Bruselas. Lo escrito es en base a lo que nos dicen las encuestas, sabiendo que la única que vale es la del 14-F. 

Salvador Aragonés: Periodista, profesor emérito de la Universitat Internacional de Catalunya y exdirector de Europa Press de Catalunya

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