Es el momento de acordarnos

Sanidad, servicios, informa-ción y cultura han sido el pulmón de un país asustado y, en el caso de la Cultura en todas sus expresiones, una dosis continuada de oxígeno para todos

28 abril 2020 06:40 | Actualizado a 30 abril 2020 17:31
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Hace unas semanas compartía en este mismo espacio miles de iniciativas en las que la música ha tenido un papel clave para sobrellevar la cuarentena que vivimos desde hace más de un mes. Detallaba que artistas emergentes, discográficas, promotoras de festivales y un sinfín de formaciones hasta los más grandes a nivel internacional han convertido el balcón de su casa en su nuevo escenario y se han volcado para ofrecer pequeños conciertos de forma desinteresada a través de las redes sociales. Otros han hecho un paso más e incluso han publicado una canción llena de optimismo y esperanza y darán todos sus beneficios a entidades solidarias que ayudan a los más necesitados. Sumar arte y talento para multiplicar sonrisas, ilusión y luz. En muchas ocasiones esperanza y más, cuando hay personas solas, sin tocar ni sentir la voz ni la piel de los suyos.

Ahora, que empezamos a ver un pequeño rayo de luz al final de este túnel oscuro, largo y lleno de incertezas, es el momento de empezar a llenar de nuevo la agenda de aquellas cosas que queremos hacer. No le pongamos fecha pero sí empezemos a tomar nota: ¿la primera persona que queremos abrazar? ¿El primer sitio dónde quiero volver a ir? ¿El primer amigo con el que tomaré un café y dónde iremos? Aún así, siento que es el momento de acordarnos también de todos aquellos que han invertido para despertarnos una sonrisa. Es el momento que busquemos el concierto más cercano y vayamos. Es el momento de bloquearnos las últimas horas de la tarde, dejar la pereza en casa e ir a la exposición del galerista que hay en nuestra ciudad y que ha llenado horas y horas de Instagram explicando su mundo, trazos e ideas. Es el momento de buscar a nuestro escritor favorito, entrar en su web y ver cuando hace una conferencia o presenta el libro del que durante días nos ha explicado los intríngulis de la trama, localizaciones y personajes. Más de un mes, fácil y rápido decirlo: más 30 días y más de 720 horas en un mismo sitio.

No sé si tenemos la obligación moral de hacerlo pero como sociedad no podemos dejar que todo este arte efímero compartido desde mediados de marzo y que ha viajado por internet hasta colarse en nuestra vida sin pedir nada a cambio y solo para hacernos felices y devolvernos la ilusión, se pierda sin más y la cultura vuelva a ser lo que era antes, lo último en cada agenda y sólo cuando es posible.

«Primero va la vida y luego el cine, aunque la vida sin el cine y la cultura tiene poco sentido», sentenció hace apenas unos días el ministro de Cultura citando a Orson Welles. ¡Cierto! como lo es también que un país sin cultura, sin festivales de música, teatros y sin su arte urbano hecho de artistas sin nombre de cara el público poco interesa. La música, sus conciertos y todo lo que se mueve a su alrededor está directamente vinculado al turismo -uno de los grandes motores de España- en todas sus formas y expresiones. Buen ejemplo de ello se ha dado en Fitur durante las últimas ediciones. ¿Le suena sr. Uribes o se lo «canto» más alto? Vista, leída y escuchada su piel fría e insensible le pongo cifras que quizá así lo entiende mejor: la industria musical en 2018 facturó en España más de 330 millones de euros, un 24,1% más que en el año anterior, alcanzando un récord histórico -fuente Europa Press y APM (Asociación Promotores Musicales)-

Más allá del cansancio y aburrimiento estremecedor que me provoca escuchar personalidades que solo dicen aquello que tienen que decir, expertos en «quedabién» y leen aquello que sus ‘dircoms’ les han escrito pero dudo que sientan como suyas, el coronavirus ha parado la economía mundial pero tendría que obligarnos a parar también y reflexionar sobre los modelos en los que se sustenta nuestra sociedad y su orden de prioridades e inversiones ya que en las últimas semanas han quedado más que evidentes: sanidad, servicios, información y cultura han sido el pulmón de un país asustado y en el caso de la Cultura en todas sus expresiones, una dosis continuada de oxígeno para todos. Por cierto ¿la música, la educación física y el arte -asignaturas menos valoradas por muchísimos padres y profesores durante años- no han sido la mejor forma de mantener nuestro equilibrio interno durante este mes?

Paulo Cohelo escribió que el mundo cambia con tu ejemplo y no con tu opinión… es el momento que lo demos. Es el momento de acordarnos.

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