Aparcar en Reus este fin de semana era casi misión imposible. No voy a negar que la red de parkings municipales de la ciudad es envidiable si se compara con la de otras ciudades similares. Pero una cosa no quita la otra. El arranque de la campaña navideña reusense siempre mueve a miles de personas y este año el éxito ha vuelto a repetirse.
Pero la gente que llegaba de fuera no sabía dónde dejar el coche. La mayoría de parkings lucían el cartel de «completo». «Y queríamos ir a aquella área de zona azul donde vamos siempre, pero también ha cerrado», comentaba un matrimonio el sábado por la tarde mientras valoraba si dejaba el vehículo en un carga y descarga, como alternativa, con las dudas que esto les generaba, claro.
Y es que este año el inicio de la campaña de Navidad ha coincidido con el cierre del parking de zona azul de la Riera Miró, es decir, con la pérdida de 180 plazas de repente (que lo sabíamos, era evidente que algún día empezarían las obras. Pero no deja de ser un hecho). Y con la apertura del nuevo Mercadona en el Pallol, que, por cierto, también tenía completo el parking el sábado (sabemos el tirón que tiene esta cadena de supermercados).
Pero en Tarragona las cosas tampoco son sencillas. Si quieres un bono en alguno de los aparcamientos de la red municipal, ahora casi no tienes opción. Se ve que ya no hay disponibles. Y mientras, la zona naranja, que permitía estacionar por un euro al día, ha ido perdiendo presencia. Todo son facilidades.
Sabemos que hay que potenciar la movilidad en transporte público, a pie, en bici... y descongestionar las ciudades del tráfico. Pero para ello las ciudades tienen que estar preparadas y mucho me temo que para que este día llegue, todavía falta un largo camino por recorrer.
