Si es usted de los que tienen miedo a sufrir un atragantamiento para cumplir con el ritual de comerse las doce uvas de la suerte antes de que concluyan las campanadas que dan inicio al nuevo año, le recomiendo darse una vuelta esta noche por Bubión, un pueblo afincado en plena Alpujarra granadina y que se ha propuesto dar esta Nochevieja las doce campanadas más lentas de la historia –habrá un intervalo de diez segundos entre una y otra– para fomentar su forma tranquila y calmada de entender la vida.
El Ayuntamiento de esta pequeña localidad de apenas 300 habitantes ha puesto en marcha una campaña que incluye testimonios de vecinos que se quejan de la velocidad de las tradicionales campanadas con las que damos la bienvenida al año nuevo. «Aquí sabemos lo que queremos: vivir con calma y con tranquilidad.
Con esta iniciativa, que está totalmente ligada a nuestra filosofía, deseamos dar a conocer no solo nuestro pueblo, sino continuar divulgando lo importante que es saber pararse, respirar y disfrutar de la vida a nuestra manera», indica la alcaldesa, María del Carmen Pérez, que ha logrado para su pueblo el certificado de ‘Cittaslow’.
Pues sí, vivimos en un mundo tan acelerado que nos cuesta pararnos a disfrutar de las pequeñas –a veces son las más grandes– cosas de la vida. Si también a usted le gustaría comer las uvas al ritmo de Bubión, no se apresure a coger un tren ni se ponga nervioso; podrá hacerlo a través de Youtube. Feliz –y calmado– año nuevo.
