«Mi madre hizo de la tarea de guisar su propósito de vida y disfrutó mucho hasta que las limitaciones provocadas por el Alzheimer pusieron su vida en peligro entre fuegos, cuchillos y tijeras, que había olvidado cómo utilizar», recuerda Margarita Oliva, hija de Rosa Maria Vivar y presidenta de la fundación que lleva el nombre de su madre –ubicada en Reus–. Oliva presentó, el jueves, el libro solidario Con A de Amor. Con A de Alzheimer, que aborda cómo esta enfermedad impide a una mujer cocinar para su familia porque no recuerda ni los ingrediente ni las recetas. El relato tiene mucho de autobiográfico. «Intenté alargar su tiempo proporcionándole instrumentos infantiles de cocina, como cuchillos que no cortan, porque, cuando ya no hablaba, yo notaba que en la cocina encontraba paz», dice Oliva.
La chef Carme Ruscalleda, autora del prólogo, vivió una situación similar: «Es importantísimo el legado culinario y familiar recopilado en este libro». Sepia con patatas o lomo de cerdo trufado son algunas de las recetas transmitidas de generación en generación. Qué importante es no perder la memoria, individual y colectiva.
