En la catedral de Saint Paul de Londres, detrás del altar mayor, hay la «capilla americana», llamada así por su dedicación a los americanos que combatieron en la II Guerra Mundial fallecidos en suelo inglés o yendo y viniendo al escenario europeo. En la capilla se exhibe un libro de gran tamaño, que fue regalo de Eisenhower, con los nombres de 28.000 soldados americanos. Cada día se pasa una hoja.
Washington ha participado en varias guerras desde aquella, pero en la actual de Ucrania no tiene ningún soldado en el terreno, ni en aviones sobre el país. Las víctimas son rusos y ucranianos (muchos de ellos civiles) que hacen frente a la invasión. Washington es clave para esta resistencia, aunque esta vez la presta sin pérdida de vidas americanas.