Muchas gracias. Nos vemos por el camino

Disculpen si hoy me pongo un poco sensible, pero quería aprovechar este espacio para comunicarles que este será mi último artículo en estas páginas, al menos por ahora, pues inicio una nueva etapa fuera del Diari de Tarragona. Es, pues, una columna de despedida, sí, pero quisiera que también fuera, sobre todo, de agradecimiento. Porque si algo me siento es agradecido. A ustedes, los lectores que cada día han seguido este Mirador al que me he asomado tratando de contarles mi visión muy personal sobre historias que van más allá de las que encabezan los titulares de los medios. Gracias por su atención y por su paciencia conmigo. Gracias también a esta empresa por todas las oportunidades que me ha dado y por la confianza que ha depositado en mí durante todos estos años –21, casi–. Gracias, de forma muy especial, a Antoni Coll, que me contrató y apostó por mí sin apenas conocerme en aquel ya lejano julio de 2003 que me trajo a esta espectacular ciudad que es Tarragona. Gracias a todos los compañeros de la redacción del Diari, a los que están y a los que han ido pasando a lo largo de estos años y han dejado huella en mí. Les aseguro que estos periodistas son unos grandes profesionales que se esfuerzan cada día por ofrecerles la mejor información de cuanto acontece en este territorio, pero son, sobre y ante todo, buenas personas, una especie de segunda familia. Me llevo su cariño, como ellos tienen el mío. Para siempre. Gracias también a los colaboradores con los que he tenido la fortuna de trabajar. Gracias, cómo no, a mi familia, mi apoyo incondicional, sin la que nada tendría sentido. Gracias, en fin, a todos los que de una u otra forma han formado parte de esta etapa de mi vida. Gracias. Nos vemos por el camino. Un abrazo.