Cada año los Reyes Magos entre sus regalos me renuevan la subscripción al New Yorker, seguramente la publicación más influyente, mejor pensada y mejor escrita del planeta. Llevo años recibiendo la revista y cada número me sorprende, de cada número aprendo. En el último, un artículo apasionante me ha llegado a emocionar. No es de extrañar si les digo que trata de la desaparición de los periódicos locales en los EEUU. Los diarios están cerrando a un ritmo alarmante: en los últimos 20 años, ese país ha perdido más de 3000. Las redacciones cierran aún más rápido, ya que con menos personal, se refugian en locales más pequeños y destartalados. Durante los últimos seis años, la fotógrafa Ann Hermes (@hermesphoto) ha documentado las vidas que se viven en estos lugares moribundos de todo el país, desde Juneau (Alaska) hasta San Luis (Missouri). Los espacios que captura suelen ser de una belleza abyecta. Las fotos son elegíacas, tiernas y, a veces, hilarantes. En cada una de ellas lo que sorprendente es la determinación de los periodistas. Eso es lo único que cuenta. Los locales estarán destartalados, apenas hay sitio para nada, pero cuando uno es periodista nada va a desviarle de su objetivo: darles la información que necesitan para tomar sus decisiones en libertad. Lo hacen en los EEUU y lo hacemos aquí.
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