Finlandia, después de haber sido durante siglos territorio de Suecia y de Rusia, es independiente desde hace cien años. Ahora sus cinco millones y medio de habitantes los preside Sanna Marin, de 34 años, convertida en la gobernanta más joven del mundo.
Tiene mucho mérito. Es la primera persona de su familia que cursó estudios universitarios, no sin que tuviera que esforzarse para ello: a los 15 años trabajaba en una panadería y después fue repartidora de periódicos; supongo que son los mismos que ahora la ponen en portada. En su gobierno socialdemócrata ha colocado a doce mujeres y siete hombres.
Europa, más interesada por las elecciones en Gran Bretaña, ha acogido la noticia con frialdad. Tratándose de Finlandia… no es del todo extraño.