La maldita pandemia

03 noviembre 2020 09:00 | Actualizado a 11 febrero 2021 20:35
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Uno de noviembre ya. Empezamos el noveno mes desde la aparición en España de la Covid-19. Y por aquí seguimos, porque, ¿dónde vamos a ir? ¿Al Priorat a comprar vino?, no se puede. ¿A comer a Cambrils?, no se puede. ¿A ver al Nàstic que hoy juega en casa?, no se puede. ¿Al tenis?, no se puede, ¿Al cine?, no se puede.......etc, etc.

Ya hablan sin tapujos del confinamiento total. ¡Pues venga, adelante! Que acaben de arruinar lo que aún queda en pie. Como los que toman estas decisiones van a seguir cobrando lo mismo, ¿dónde está el problema? Lo único importante es doblar la curva. Por cierto, ¡que frase tan ocurrente! ¡Doblar la curva!. ¿A qué «experto en nada» se le ha ocurrido esa genialidad? Supongo que a uno de esos especialistas en epidemiología medieval, que allí se quedaron en sus conocimientos, y ahora dan lecciones de cómo gestionar la pandemia. O quizás a esos modernos físicos y matemáticos, que trabajan con modelos, y que creen que las personas somos como partículas o nubes sin capacidad de reacción ni sentimientos con las que predecir los vientos y las lluvias. Individuos que no han pisado ni una Facultad de Medicina, ni un hospital (quizás de visita) en su vida, y son ahora los voceros que dan recomendaciones de lo que hay que hacer o dejar de hacer. Y se les escucha, así como a ciertos periodistas, que se han convertido en renombrados epidemiólogos en un corto plazo de tiempo, según se observa en sus continuas apariciones televisivas y radiofónicas. A propósito, resulta que tenemos «virólogos», una especialidad que el MIR no contempla. Y también nos aleccionan.

He leído que a raíz de la llegada de la Peste Negra se comenzó a aislar a ciertos grupos de enfermos separados del resto de personas para que la enfermedad no se propagara. En 1377, en Dubrovnik (Croacia), se emitieron mandatos para que, a fin de combatir esta plaga, los buques deberán permanecer 30 días en el puerto antes de que los pasajeros pudieran poner pie en tierra. Para los viajeros por tierra este período se amplió a 40 días, quaranta en italiano. Las medidas fueron un éxito y por eso se implantaron en otros lugares de Italia y Europa a partir de entonces. Y así seguimos nada menos que en 2020, mas de 600 años después. Iremos a vivir a Marte, con tecnología 5, 6 o 10G e inteligencia artificial, transportados en naves inteligentes movidas por agua y tripuladas por robots hablantes, pero somos incapaces de combatir un miserable virus respiratorio, del cual ni tan solo sabemos como se originó (o algunos, quizás si lo sepan, ¿no?). Y eso que a día de hoy, la base de datos PUBMED recoge la friolera de nada más y nada menos que 69.442 publicaciones en 2020 sobre la Covid-19. ¿En manos de quién estamos? ¿Quién gobierna el mundo? ¿Qué objetivos a medio y largo plazo se ha marcado la humanidad?

El mundo (al menos el llamado Occidente) parece vivir en el cortoplacismo, sin rumbo alguno. Y en España y en Catalunya ni hablemos. Aquí nada menos que el Secretario General de Salud Pública, y responsable de la gestión de la pandemia, a quien le deseo una pronta y total recuperación, ha caído víctima de la Covid-19. O sus recomendaciones/decisiones no son acertadas, o él mismo no las seguía. No hay otra. Ya pasó también con el doctor Simón en su día, aunque tuvo más suerte y no fue hospitalizado. Vamos bien. Mal asunto. Siento mucha pena por los fallecidos, enfermos y sus familias, así como por todos aquellos a los que dudosas decisiones se están llevando sus formas de vida por delante, y sobre todo, siento una tremenda impotencia por lo que les espera a nuestros descendientes.

Y como dicen los anglosajones, last but not the least, algo de gran trascendencia que concierne a los gobernantes de la UE, a los del Estado español, y a los de Catalunya, por supuesto. Si consideran que la investigación es cara, y probablemente además no aporta muchos votos, que echen cuentas de lo que -desde un mero punto de vista económico- costará esta pandemia.

Si las investigaciones sobre el SARS-CoV-1, por ejemplo, hubiesen continuado, quizás no tendríamos que lamentar ahora lo que está ocurriendo. Aplíquenlo a otras serias enfermedades y a la investigación sobre su prevención.

Josep Lluís Domingo: Catedrático de Toxicología y Salud Medioambiental de la Facultad de Medicina de la URV. Es director del Centro de Tecnologia Ambiental Alimentaria y Toxicológica de la URV, TecnATox. Forma parte del reducido número de profesores universitarios del Estado español que son coeditores o editores de una revista científica internacional: Food and chemical toxicology. Está entre los investigadores más citados del mundo. Thomson Reuters lo incluyó en el listado Highly Cited Researcher.

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