El independentismo está subido hace tiempo a la montaña rusa. Hoy puede estar arriba, con la manifestación, después de una semana cuesta abajo, con tres malas noticias.
La primera fue que Amnistía Internacional rechazó calificar a los gobernantes detenidos de presos políticos, y Amnistía tiene experiencia en ello.
La segunda fue que el Parlamento de Flandes rechazó por 95 votos a 4 la independencia de Catalunya.
La tercera, la resolución suave del juez de instrucción del Supremo sobre Carme Forcadell y la Mesa. No creo que Forcadell renunciara a la secesión para evitar la cárcel –como tituló ayer ‘El Mundo’–, pues es mujer con liderazgo, convicciones y dignidad. Pero sí creo que se comprometió a actuar desde ahora en la legalidad.