Años después de su presidencia, Nixon escribió el libro Líderes en el que mencionaba cualidades que había observado sobre el liderazgo en política. Incluye un pensamiento de Sófocles, que quizá se aplicaba a él mismo: «Hay que aguardar a la noche para saber si un día ha sido espléndido». Y un dicho árabe que aprendió de Sadat: «Todo gobernante se enfrenta a la oposición de la mitad de sus súbditos».
Contiene también una curiosa reflexión: «Un líder, como un actor, no puede ser aburrido; debe emocionar a sus auditorios, no dormirles».
Viendo el panorama, pienso en la necesidad que tenemos de personas con verdadero liderazgo para la situación a las que nos enfrentamos. Líderes que no se dediquen a encontrar excusas, sino que se avancen a los acontecimientos.