Más músculo independentista

De la intervención de Carles Puigdemont durante su investidura como nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya me quedo con una frase: «tenemos que implicar a más gente», en referencia al proceso secesionista iniciado por la mayoría independentista del Parlament de Catalunya, formada por Junts pel Sí y la CUP. Esta idea concordaría a la perfección con la de algunos sectores soberanistas que consideran que se está yendo demasiado deprisa en esta independencia exprés a la que las formaciones secesionistas se han cogido como a un clavo ardiendo, a pesar de que el pasado 27 de septiembre perdieron el plebiscito. Por mucha mayoría parlamentaria que tengan, los partidos independentistas no deben olvidar que con el 48% de los votos obtenidos en las últimas elecciones autonómicas no se puede proclamar a la brava la independencia de un país. Al soberanismo le falta músculo social para proseguir su particular camino a Ítaca y, por mucho que quiera mirar hacia otro lado, lo sabe. Aunque viendo lo que ha ocurrido en los últimos cuatro años, con una espectacular evolución al alza del independentismo en Catalunya -gracias a la inestimable ayuda del gobierno del Partido Popular, con Marino Rajoy al frente-, es de prever que los partidarios de separarse de España seguirán creciendo como setas. Un nuevo gobierno en Madrid, dispuesto a aceptar la posibilidad de realizar un referéndum en Catalunya, es la única solución a todo este enredo. Que los catalanes podamos opinar libremente en las urnas si queremos o no nuestra independencia.