Totes les cartes del dia

19 mayo 2017 23:45 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:26
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Todos tenemos un corazón

Me llamo Adriano y soy uno de los tantos ciudadanos de Tarragona. Estoy jubilado. Soy un buen marido, he pretendido ser un padre correcto, soy tío, suegro y además creo ser un buen abuelo y también… quizás… una buena persona…

Hace 750 días estuve allá arriba, con san Pedro… fue muy agradable la visita… Precisamente en la puerta de su Reino, entre otras muchas cosas, me comentó que no había llegado todavía mi hora, que hiciera el favor de marcharme y no me dejó entrar.

Claro, hace 750 días tuve una intervención importante en mi corazón. Cinco bypass y san Pedro me salvaron la vida. Una intervención difícil, unos médicos excelentes, un entorno clínico perfecto, un posoperatorio de fábula, un control periódico magnífico… la verdad es que no me puedo quejar de nada… he sido y me considero un hombre afortunado.

‘Todos tenemos un corazón’ ¡qué gran verdad!… Todos dependemos de él… hombres o mujeres, niños y niñas, altos o bajos, guapos o feos, ricos o pobres, listos o tontos, peones o arquitectos, médicos, enfermeras, periodistas, tenderos, deportistas, cantantes, futbolistas, estudiantes, pilotos, poetas… un interminable etc., etc., etc. de personas, ya que ‘todos tenemos un corazón’.

Es una auténtica vergüenza lo que está ocurriendo en mi tan querida ciudad. Todos los que tenemos un corazón, que funciona y que deseamos que funcione y que siga funcionando también después de las ocho horas de la tarde, deberíamos imponernos en contra de esa imposición y limitación horaria y poder emplear todas nuestras fuerzas posibles y legales para que este disparate de recorte ideado en su día, de forma inconsciente, por algunos políticos, desaparezca y que por fin, y tal y como nos lo merecemos, nuestros corazones puedan estar atendidos a lo largo de las veinticuatro horas del día.

Ha llegado a mis oídos que un día de esta misma semana está prevista una manifestación apolítica a favor de la vuelta inmediata a la normalidad en cardiología del Hospital Joan XXIII. Opino que quizás sea una de las manifestaciones más importantes de los últimos tiempos, la presencia de todos los ciudadanos de Tarragona debería ser esencial. Que nadie se olvide de que ‘todos tenemos un corazón’. Luchemos para conservarlo, luchemos para que nos lo conserven y nos lo conserven a lo largo de las veinticuatro horas del día.

Un cordial y respetuoso saludo a todos los profesionales, médicos, enfermeras y personal sanitario que nos ayudan y cuidan con cariño todos los días.

Adriano Cattarin

(Tarragona)

¡Qué bonita es Tarragona!

La Tarragona que fue capital del mundo los años 26 y 25 a.C., que tiene una Diócesis Primada de las Españas. La Tarragona que tiene autopistas que el permiten salir hacia el Norte, el Sur y el Oeste, que tiene AVE, puerto y aeropuerto. La Tarragona que tiene la primera petroquímica de España, que tiene el segundo núcleo poblacional más importante de Cataluña. La Tarragona que ha estado en la primera división del futbol, y que si ahora no lo está, sigue teniendo un equipo de primera. La Tarragona de los Héroes de 1811, la que Emilio Castelar, que después presidiría la primera República, dijo que era «balcón del Mediterráneo». En esa Tarragona, si vas a la unidad de hemodinámica de noche, tiene un cartelito que dice: ‘tancat’. ¿Por qué no nos pueden reparar el corazón en Tarragona si se nos rompe de noche?; pues porque un día la Generalitat vio (o le hicieron ver) que gastaba el dinero a espuertas y que tenía que ahorrar.

Cuando hablo con mi corazón le digo: de noche, ¡ni se te ocurra! Pero como ha salido respondón me dice: ¿y por qué no hay dinero para reparar los corazones por la noche, en Tarragona, y si hay dinero para abrir embajaditas de la ‘Srta. Pepis’? Y yo le contesto: es la política, corazón.

Javier Castelló

(Tarragona)

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