En mi libro de cuentos de Tarragona un turista inglés que paseaba con su esposa se lanzó al mar para salvar a un niño en aguas del Serrallo.
El jueves pasado un turista alemán que paseaba con su esposa se arrojó cerca de las rocas de la Platja del Miracle para salvar a un menor. Lamentablemente, este caso fue real y el resultado, dramático: murieron los dos. Àngel Juanpere recordaba lo sucedido el 1 de agosto del año pasado, cuando un italiano murió ahogado tras ayudar a salvar a dos personas en la misma playa.
Vaya mi homenaje a cuantos exponen su vida para salvar la de otros. Turistas de paso a veces. Calculan el riesgo, pero dan preferencia a la compasión sobre el peligro. Si no poseyeran una valentía habitual, no la manifestarían en un momento inesperado.
