Reus

Más de 17.500 reusenses recibieron atención de servicios sociales en 2022

Son un 16,5% de la población. Los registros se acercan a cifras precovid. La vivienda está entre lo que más preocupa y suben los casos de salud mental por estrés y aislamiento. Muchos no entienden la factura de luz y no saben reducirla

Un cocinero prepara la comida en el Centre Social El Roser, el espacio de alojamiento que abrió el año pasado.

Un cocinero prepara la comida en el Centre Social El Roser, el espacio de alojamiento que abrió el año pasado.Foto: Alba Mariné

Mónica Pérez
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Hasta 17.661 vecinos, 9.069 familias, fueron atendidos por los servicios sociales municipales el año pasado, con datos de la memoria de Benestar Social 2022. La cifra se corresponde con un 16,5% de la población y parece señalar un regreso a registros precovid tras el periodo de picos que provocó el virus.

La vivienda se mantiene entre las grandes preocupaciones –se contabilizaron 638 expedientes de desahucio y una media mensual de entrada de 20– y aumentan las derivaciones de salud mental en adultos y en niños por cuestiones vinculadas a la pandemia: abundan los casos de estrés familiar y los de aislamiento social.

Con el coste de los suministros disparado y los efectos de la guerra en Ucrania, en 2022 el Ayuntamiento expidió 488 informes de vulnerabilidad energética y otorgó 1.284 subvenciones de agua y 606 de luz y gas.

Fuentes municipales consultadas sobre el balance precisan que «los primeros años de la Covid, a causa de las crisis sanitaria y social, aumentó el volumen de personas que pidieron atención social», y que ese incremento de la demanda «se satisfizo con un gran esfuerzo por parte del personal de Benestar». Como ejemplo, «el segundo y tercer trimestre de 2020, la atención creció un 82% y un 63%, respectivamente, con relación a 2019».

En 2021 los vecinos que se apoyaron en Serveis Socials fueron 21.100, en 2020 habían sido 20.270 y en 2019, un total de 18.367.

El año pasado, en el ámbito de la vivienda, de los 638 expedientes de desahucio, un 31,19% guardaban relación con impagos en el alquiler, otro 8,15% venían de ejecuciones hipotecarias y un 42,32% respondían a ocupaciones, mientras que un 6,27% procedía de expiraciones de contratos de alquiler. La memoria de Benestar indica que «la problemática de la vivienda sigue muy viva entre las familias de la ciudad».

En otro apartado clave, el de la alimentación, el Ayuntamiento derivó a 1.888 familias –lo que supuso cobertura a 5.453 personas– a la Xarxa de Distribució d’Aliments y a 715 familias –1.913 personas– al Rebost Social de El Roser, aprobó 192 tarjetas monedero –con 628 beneficiarios– y 3.270 subvenciones al comedor escolar.

En la Xarxa d’Aliments y el comedor escolar, las estadísticas no difieren tanto de las que se manejaban antes de la pandemia, aunque las tarjetas monedero que hubo que facilitar el año pasado sí fueron menos.

Pero si por algo destacó 2022 fue por la subida de precios de la energía. A esto «se suma la falta de eficiencia energética de muchos hogares» y «un obstáculo añadido: la dificultad para entender la factura de la luz y el gas y saber cómo se puede reducir».

El Programa de Lluita Contra la Pobresa Energètica trata de combatir esto y, dentro de ese marco, Serveis Socials asesoró a 357 personas sobre solicitud del bono social, paso al mercado regulado, cambios de potencia o de titularidad y eliminación de servicios adicionales. Los 488 informes de vulnerabilidad energética se concretaron en 396 de luz, 148 de gas y 263 de agua.

Igualmente a raíz de la situación en Ucrania, Serveis Socials gestionó la inclusión de personas que huían del conflicto bélico y, en este sentido, el Servei de Primera Acollida realizó 120 entrevistas. Los informes de extranjería subieron y fueron 578: llegaron 124 expedientes más que en 2021 y 250 más que en 2019.

Desde el Ayuntamiento recuerdan que «la atención telefónica es el principal punto de acceso a los Serveis Socials Bàsics». Si bien en 2021, «se implantó un sistema con profesionales propias, formadas específicamente para realizar una primera intervención en la información solicitada por la ciudadanía y derivar al servicio o profesional correspondiente», luego «a partir de julio de 2022, el servicio se externalizó con una centralita especializada».

Así, el año pasado, como en los últimos cuatro, «el 85% de los casos entraron por teléfono y el resto, por mail, de derivaciones de otros servicios...».

Centre Social El Roser

El nuevo recurso con el que contó Benestar en 2022 fue el Centre Social El Roser. El espacio ofrece 16 plazas para pernoctar y opción de usar los servicios de ducha y lavandería. Hasta finales de 2022, El Roser proporcionó cama a diez personas, que en conjunto generaron 320 estancias. A 26 personas se las derivó al servicio de ducha y 63 usaron el de lavandería. Con el todas sus herramientas, el Ayuntamiento abordó 177 casos de sintecho.

«Las familias eligen entre pagar el alquiler o comer»

«En lo que peor está la gente es en el alquiler. Hay a quien le cuesta muchísimo llegar. Hemos alcanzado un punto en que las familias se ven obligadas a elegir: o pagan la vivienda o pagan la comida, pero para todo no da», explica Susana Infantes, presidenta de la Asociación Yo Ayudo o Necesito Reus.

La que ella encabeza es una de las entidades fuera de los circuitos estándar de apoyo, nacida en el corazón del barrio Sol i Vista y que arrancó hace una década –y aún sigue– gracias a la buena voluntad de personas que donan lo que ya no les hace falta o hacen un esfuerzo para proporcionar lo que otros no tienen.

Susana Infantes, con el género de algunas donaciones.

Susana Infantes, con el género de algunas donaciones.Foto: Alba Mariné

«Todo se ha puesto muy caro y eso que se dice de que ya está imposible es literal. Son muchas las personas que, de verdad, no pueden permitirse lo básico para llevar una vida normal», añade Infantes. Si bien «pagar la renta es el principal problema», tampoco la cuestión de la alimentación es menor.

«Hay familias que acuden a nosotros porque en otros sitios les dan arroz, pasta, sopa y cosas así para ir tirando, pero también necesitamos tomar carne, verdura o fruta, y eso, aunque es imprescindible por salud, es difícil de encontrar», especifica. Y lamenta que «antes, llamábamos ‘comida de pobre’ a las patatas con huevos, pero al precio que están el aceite, los huevos y hasta las patatas, va camino de ser un plato de ricos».

Sin embargo, «lo más complicado de obtener son los productos de limpieza y de higiene», concreta Infantes. Y es que «quizá no es lo primero en lo que cualquier piensa, pero es importante tener friegasuelos, lavavajillas, detergente... son carísimos y no hay un banco». Además, «los productos de higiene femenina tienen un precio muy alto y lo mismo pasa con el protector solar».

En los últimos tiempos, en Yo Ayudo o Necesito Reus, «estamos muy enfocados en las personas enfermas y las familias con niños, y tenemos a mujeres solas con bebés. Algunos de los pequeños requieren cuidados específicos y eso también es un gasto», detalla la presidenta de la entidad, que ofrece apoyo a unas 67 familias.

En su día a día lidia con varios obstáculos: «Somos muchas asociaciones para pocos recursos y, a veces, hasta conseguir el transporte es todo un reto», expresa Infantes. Y recuerda que «la gente quiere un trabajo y salir adelante, no quiere estar dependiendo de otros. Y hemos visto a muchos conseguirlo».

El Banc dels Aliments busca local

El Banc dels Aliments de les Comarques de Tarragona, cuya sede está en la calle Escultor Rocamora, busca un nuevo lugar donde establecerse. Así lo explica su director, Manuel de la Calzada, que indica que «estamos en conversaciones con los ayuntamientos de Reus y Tarragona para encontrar alternativa».

Parte del espacio actual quedó «en manos de un fondo buitre», precisa De la Calzada, que indica que la entidad debería desalojar esa porción de nave concreta en algún momento, así que se ha activado para dar con otro emplazamiento. Esto coincide con la futura reforma de Escultor Rocamora y la voluntad de mejorar. El Banc dels Aliments, que ayuda a unas 37.000 personas, no interrumpirá su servicio. El director pide a las administraciones que echen una mano.

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