El hombre con más huelgas de hambre del mundo inicia una en Reus
La número 26 ha empezado hace tres días, en la plaza de La Patacada. La exigencia esta vez es para exigir la liberación de los integrantes de la Flotilla todavía retenidos por Israel

Jorge Martínez tiene 49 años y asegura que lleva 6 huelgas de hambre con la actual.
Jorge Fernández vive desde el lunes en una tienda de campaña en la plaza de La Patacada de Reus. Su tienda y su pizarra forman parte del decorado de una huelga de hambre, la número 26 de su vida. En esta ocasión su objetivo es frenar el genocidio en Gaza a manos de Israel y pedir la liberación de los integrantes de la segunda flotilla “secuestrados por ese país”, explica.
Jorge Fernández no trabaja. A sus 49 años asegura tener todo lo que necesita. Vive en pareja (que tampoco trabaja, pero recibe una ayuda subsidiaria), tiene un piso por el que apenas paga nada y se alimenta (cuando no está inmerso en una huelga de hambre) con los excedentes de supermercados y otros locales que él administra como presidente de la ONG Xarxa d’Ajuda Mútua Alimentària (XAMA).
Jorge Fernández está castigado físicamente. Lo reconoce y lo admite, aunque su peso de la pizarra genere dudas. Cada huelga de hambre hace mella en su cuerpo, pero no solo físicamente, “también en la cabeza”. En esta última asegura que tiene un dolor permanente, pero que tiene intención de mantenerse firme mientras Las fuerzas se lo permitan.
29 años
La primera huelga de hambre de Fernández la inició en 1996 (junto a otras personas) para reclamar una equiparación salarial entre los empleados de empresas temporales y el resto de trabajadores en plantilla. La última, iniciada este lunes, tiene relación con el conflicto entre Israel y Hamás y las detenciones de los integrantes de la segunda flotilla que ha intentado romper el cerco en Gaza. Entre medio, luchas sociales en Madrid, Barcelona, Estrasburgo.... recuerda.
21 dias de #VagaDeFam #huelgadehambre #hungerstrike del activista Jorge Fernández #ChalecosAmarillos en #AcampadaLlibertat
— Acampada Llibertat (@AcampadaL) June 27, 2022
Un grito unánime por la libertad de #freepablogonzalez #FreeAssangeNOW y por el #MenjadorSocialJa de @AsociacindePaz1 pic.twitter.com/8NDkghmB3W
Agua, y solo agua, asegura Fernández que ingiere desde el pasado lunes. Para demostrar que no hace trampas, tiene una báscula en la que se pesa cada día a las 18 horas y anota su peso en una pizarra. Fernández jura y perjura que en cada huelga de hambre que ha llevado a cabo, más corta o más larga, “jamás he hecho trampas ni he comido a escondidas”. Reta a quien lo ponga en duda a que saque pruebas (imágenes) en las que él esté vulnerando la huelga comiendo a escondidas.
Es más, Fernández dice que tiene secuelas físicas de cada una de las acciones llevadas a cabo: corazón, riñones... Si la primera huelga a la que se sumó fue en 1996, la más larga la llevó a cabo fuera de España, pidiendo la liberación de Julian Assange, fundador de WikiLeaks: 64 días sin comer.
Jorge Fernández ha iniciado sus huelgas por muchos motivos, incluso liderando un movimiento okupa y exigiendo un empadronamiento en Cambrils. En 2018 fue una de las personas más mediáticas de la villa marinera. Se instaló con otras personas en una antigua residencia geriátrica abandonada, Montemar, e intentó empadronarse para asentar lo que él llamaba Edifici Dignitat.
Mientras mata las horas en la plaza reusense, agradece la compañía de la gente que pasa por allí, de quienes lo animan a seguir y de los que le dan agua para que pueda subsistir en esta huelga de hambre.
Fernández reconoce que, a pesar de su edad, son demasiadas huelgas y demasiados achaques. Quizá vaya siendo hora de que las protestas por combatir las injusticias se hagan sin dejar de comer.