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Mano dura contra el fraude eléctrico en la ciudad. Los datos así lo demuestran. Hasta tres grandes operaciones contra los empalmes ilegales llevadas a cabo el pasado mes de febrero se han saldado con unas 70 actuaciones, la inmensa mayoría en viviendas okupadas. Concretamente, se ha actuado en cuatro barrios de la ciudad, algunos de los cuales arrastran un largo historial de casos fraudulentos. Por ejemplo, el barrio Mas Pellicer, donde se llevó a cabo la última operación que finalizó con los técnicos de Endesa cortando la luz en 32 viviendas. De hecho, hace ya nos meses se llevó a cabo una operación de gran envergadura a escasos metros (barrio Mas Abelló) que finalizó con la desconexión ilegal en 50 pisos.
En todos los casos, el ‘modus operandi’ es el mismo. Agentes de la Guàrdia Urbana, en ocasiones también de los Mossos, apoyan a los técnicos de Endesa mientras actúan cortando la electricidad en las arquetas de los edificios. En las tres operaciones realizadas este mes también ha actuado personal de Aigües de Reus para cortar el suministro de agua. En total, se han detectado una treintena de inmuebles enchufados de manera fraudulenta. En el caso de la operación llevada a cabo en Mas Pellicer, el operativo policial fue de seis unidades y se detectaron una veintena de empalmes ilegales a la red de agua.
Los vecinos, a favor
El concejal de Seguretat Ciutadana, Joaquim Enrech, explicaba hace unos meses que «la voluntad es que, cuando Endesa detecta conexiones ilegales se actúa. Los Mossos d’Esquadra y la Guàrdia Urbana lo que hacen es dar cobertura a la actuación de los operarios de Endesa, porque es la empresa la única que puede tocar la línea».
Las actuaciones recientes se han realizado en un momento de especial preocupación de muchos vecinos de la ciudad. El barrio Horts de Simó es uno de los que reclamó soluciones después de que unos okupas del número 5 de la calle Wad-Ras incendiaran el edificio por segunda vez. De hecho, llegaron a organizar una concentración en la plaza Comte Reus que contó con la presencia de unos 50 residentes. «Sobre todo nos preocupa por el peligro que representa para las familias que viven en los bloques donde hay pisos okupados», explica el presidente de Horts de Simó, Gustau Duran, que veía de forma positiva la operación llevada a cabo el pasado 20 de febrero. Aquel día, se cortó la luz en 15 inmuebles, según los datos facilitados desde Endesa, muchos de ellos en el polémico bloque de Wad-Ras.
Otro de los barrios donde se ha actuado recientemente ha sido en Monestirs. Igualmente satisfecho se muestra uno de los residentes en la calle Monestir de Ripoll. En su caso están hartos de los problemas de connivencia que generan un grupo de okupas que, en más de una ocasión, han dejado el bloque sin luz. La otra zona en la que se ha actuado ha sido en la calle Muralla y su entorno.
La casuística de Reus no es única en la demarcación. No obstante, la ciudad sólo se sitúa detrás de Tarragona en lo referente al número de expedientes registrados. En 2018 fueron 248 con un volumen defraudado de 4,1 millones de KWh. Desde el Ayuntamiento están pendientes de iniciar un programa piloto en Horts de Miró para detectar los pisos con conexiones ilegales y a familias que estén viviendo en situación de pobreza energética.
