En la madrugada del pasado martes, 18 de mayo, un agente de la Guàrdia Urbana no tuvo más remedio que sacar su arma reglamentaria y disparar al cielo para poder frenar la actitud desquiciada de una persona, que según se supo más tarde, tenía problemas mentales.
La acción se llevó a cabo a las afueras de la ciudad, en el Camí dels Morts y a una distancia prudencial de cualquier riesgo para las personas. El disparo fue disuasorio y permitió poner fin a una situación de riesgo que había comenzado en la calle Milà i Fontanals, cerca de una superficie comercial, en las inmediaciones del pavellón olímpico de la capital del Baix Camp.
Según ha sabido el Diari, una dotación de la Unitat de Policia Administrativa (UPA) de la Guàrdia Urbana de Reus pidió refuerzos poco después de la medianoche del martes para identificar un coche con cuatro ocupantes.
El conductor del vehículo salió de forma airada y sin mediar palabra se marchó a pie haciendo caso omiso a los agentes. La UPA pidió el apoyo y se avisó por radio a las patrullas de la situación y que estuvieran alerta y tomaran precauciones ante posibles agresiones.
Una de las patrullas de agentes, poco después, localizaron al individuo en el Camí dels Morts, cerca de donde había abandonado el coche. El hombre estaba muy exaltado y con una hoja de afeitar se estaba autolesionando con cortes en el torso.
Ante el arma que tenía y el estado de excitación que mostraba, uno de los agentes sacó el arma reglamentaria y efectuó un disparo al aire, a más de 30 metros del sujeto, que terminaría detenido. El lugar de la detonación estaba alejada de la zona urbana y el agente actuó de forma responsable.
Ante el ruido del disparo, el hombre se quedó quieto y la patrulla se pudo acercar y ponerle las esposas. En ese momento, volvió a resistirse, pero ya estaba suficientemente inmovilizado como para autolesionarse o agredir a la patrulla. El hombre fue arrestado y enviado al centro médico para realizarle las curas y también un estudio psicológico.