El centro social El Roser de Reus ofrecerá alojamiento a personas sin techo

El nuevo equipamiento, que podría entrar en funcionamiento el último trimestre del año que viene, centralizará la mayoría de los servicios sociales de la ciudad. El comedor social también se trasladará a las nuevas instalaciones

30 noviembre 2018 08:04 | Actualizado a 30 noviembre 2018 08:05
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El centro social El Roser acogerá un servicio de alojamiento temporal, una iniciativa que pretende dar respuesta a las necesidades sociales de los reusenses con más dificultades de inclusión social y de la que ahora carece la ciudad. El proyecto contempla la habilitación de hasta 12 plazas: 8 para hombres y 4 para mujeres, o para familias que lo necesiten, y que se podría ampliar hasta 16 camas si fuera muy necesario.

El servicio de alojamiento temporal se incluye dentro de un proyecto más global con el que el gobierno municipal pretende reforzar, ampliar y concentrar en un solo edificio, la mayoría de los servicios sociales de la ciudad. Según la concejal de Benestar Social del consistorio, Montserrat Vilella, el proyecto tiene el objetivo de proporcionar una atención social «actualizada» según «las necesidades sociales de las personas más vulnerables».

La puesta en marcha del nuevo centro social también supondrá el traslado del actual comedor social situado, ahora, en la calle Joaquim Bartrina. El cambio de ubicación permitirá ofrecer un servicio más completo y, desde el consistorio, se pretende que sea gestionado por una empresa de inclusión social que tendría que ofrecer un servicio de catering cocinando alimentos de consumo rápido para evitar que se tire comida. El comedor social será, a la vez, una cafetería abierta a toda la ciudadanía, que contribuirá, de alguna manera, a sufragar el coste del comedor social. 

El centro social El Roser también acogerá las instalaciones de la despensa solidaria, un punto de gestión y distribución de alimentos y un almacén, lo que permitirá hacer «una entrega más adecuada» de los alimentos, explica Vilella. De hecho, ahora ya se ha conseguido evitar lo que se ha llamado ‘colas de la vergüenza’, que aunque no se vean no significa que algunos ciudadanos necesiten los alimentos. En este sentido, Vilella insistió que  si la ciudad avanza tiene que hacerlo en todas las capas sociales»

Así, el centro social El Roser resolverá dos atenciones. La primera y más inmediata, la de que las personas que lo necesiten puedan tener comida y techo; y la segunda, la de hacer de trampolín para aquellas personas que sufren una pobreza estructural ayudándolas a encontrar trabajo para que puedan tener «una vida normalizada».  
El alcalde, Carles Pellicer, se mostró satisfecho de la «apuesta social» del gobierno municipal, que se reforzará con este nuevo centro, que permitirá concentrar en un solo edificio, los servicios sociales de la ciudad. Así, 

El proyecto arquitectónico
El edificio de El Roser se concibió, originalmente, como una cárcel preventiva (entre los años 1929-1968) y luego se convirtió en una guardería (entre los años 1979-2013). Ahora, el proyecto de reconvertirlo en centro social ofrece la oportunidad de integrar el edificio a la ciudad. 

El proyecto, adjudicado a la UTE de formada por Josep ferrando Bramona, David Recio Muniesa, Xavier Gallego Seuba y Toledo-Villareal ATSLP, ha tenido en cuenta el valor histórico del edificio, incluido en el Pla Especial de Protecció de Patrimoni Arquitectònic Historicoartístic i Natural de la ciutat de Reus y del Inventari de Patrimoni Arquitectònic de Catalunya.

No obstante, el espacio también se ha pensado desde la perspectiva de la eficiencia energética para reducir al mínimo el consumo. La propuesta de los arquitectos pasa por derribar el muro perimetral del edificio por la calle de Josep Caixés para abrirlo a la ciudadanía, sobre todo, a los vecinos de los Xalets Quintana, que podrán disfrutar de una gran plaza pública con una pérgola iluminada y pensada con una área verde para que tenga un aspecto más agradable.

El proyecto del centro social se desplegará en distintas fases. La primera está presupuestada en 541.370 euros e incluye el comedor-cafetería social y la cocina, la despensa social y el punto de gestión y distribución de alimentos. El compromiso del consistorio es que entre en funcionamiento antes que termine el año 2019.

La segunda fase del proyecto, que en global está presupuestado por 1,4 millones de euros, incluirá la acogida temporal de personas sin techo, así como el espacio administrativo y multifuncional y el espacio destinado a las entidades, además de salas de reuniones y para la formación. Vilella señaló que no se puede hacer todo a la vez por la falta de recursos económicos y espera el inicio de las obras para el primer trimestre de 2019.

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