El comercio de Reus considera perdidas las rebajas por las nuevas restricciones

Una de cal y otra de arena. Tras cerrar una campaña de Navidad «mejor de lo esperado», a partir de hoy –y hasta el 17 de enero– el comercio encara nuevamente días complicados. Y es que entra en vigor el paquete de medidas para contener la Covid anunciado a principios de semana: confinamiento municipal de lunes a domingo, las tiendas de más de 400 metros permanecerán cerradas (también los centros comerciales) y los fines de semana sólo pueden abrir los servicios esenciales. Y todo ello coincidiendo con las rebajas. «Por un lado, nos quedamos sin visitantes. Por otro, tendremos que cerrar los sábados, que es cuando la gente compra más», lamenta la presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, Meritxell Barberà. Remarca que las rebajas son la oportunidad para vender el stock y, ahora, las restricciones lo pondrán más difícil.

Jacint Pallejà, el presidente de El Tomb de Reus, refleja que «todos nos esperábamos alguna cosa para después de fiestas». Antes de Navidad, los positivos de Covid iban al alza y ya se avisó de que los encuentros familiares de estas fechas dispararían aún más los contagios. Así ha sido, y ahora toca intentar poner el freno.

Pallejà es consciente de que las rebajas se complican con el confinamiento municipal, pero intenta ser positivo «y también tendrán su fuerza». Bajo el punto de vista del presidente de El Tomb, «sería preferible que las medidas fuesen más estables». Y es que subraya que están en un constante vaivén «y las ventas se convierten en un flujo turbulento».

«El toque de queda, por ejemplo, costó en su momento, pero ahora ya está estandarizado. Sé que no es fácil, pero queremos cierta tranquilidad y no estar cada semana pendientes de los cambios porque al final uno ya se pierde», remarca Jacint Pallejà.

Además, el golpe llega tras semanas muy positivas a nivel comercial. En Reus, las tiendas locales empezaban diciembre con expectativas, tras un buen nivel de ventas durante el puente de la Purísima. Pero había reticencias: con el vaivén de las restricciones para contener la Covid-19 no era para menos. Ahora, una vez pasadas las fiestas, el balance es positivo: «Mejor de lo esperado», coinciden la presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, Meritxell Barberà, y el presidente de El Tomb de Reus, Jacint Pallejà.

«Quizás el mes empezó con más fuerza y después se ha ido estabilizando, pero las fiestas se han salvado aunque, eso sí, siempre en función del sector», puntualiza Pallejà, quien pone de ejemplo la hostelería, «los que más han recibido». Por su parte, Barberà recuerda que «tenemos todas las medidas de seguridad» y apela a la clientela de Reus que compre de lunes a viernes. «Hay una fuerte crisis económica, pero aquellos que puedan gastar, que lo hagan», dice también Pallejà.

Reparto a domicilio como ayuda

La nueva iniciativa Reus Compra Responsable también ha sido de ayuda, según detallan ambas asociaciones comerciales, aunque todavía no hay cifras concretas. Se trata de un nuevo servicio local de reparto a domicilio que se ponía en marcha a mediados de diciembre. El objetivo: plantar cara a las grandes plataformas de compra online, como Amazon o Glovo, a través de un servicio de iniciativa local. El balance durante estas primeras semanas es irregular y va en función del comercio, aunque de forma global consideran que «ha sido de ayuda», coincidiendo con la campaña navideña. Así, mientras que algunos comentan que no han tenido ningún pedido, otros señalan haber trabajado más de lo que esperaban.

Desde Unió de Botiguers de Reus, por ejemplo, subrayan que ha sido de ayuda teniendo en cuenta, sobre todo, que en la situación actual hay clientes que prefieren no desplazarse a la tienda. Además, se subraya que se trata de un proyecto con ADN «responsable».

Cabe recordar que Reus Compra Responsable quiere diferenciarse de las grandes compañías en sus condiciones laborales y que cuentan con la Fundació Formació i Treball para incluir a personas con riesgo de exclusión social. Por otro lado, el proyecto se basa en una distribución ecológica, es decir, las dos bicis y la furgoneta que se usan para los repartos son eléctricas. «Se han superado las expectativas», resume Pallejà.