El método Hermippus y otras estupideces

Diario de un confinado. Ayer en casa vimos Contagio. Ya sé que vamos tarde, pero nos sirvió para constatar que el avance de la pandemia del coronavirus no hace sino aumentar la vigencia de la película

06 abril 2020 08:35 | Actualizado a 06 abril 2020 08:43
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Ayer en casa –una puntualización ciertamente inútil, pero es la costumbre– vimos Contagio. Ya sé que vamos tarde, pero nos sirvió para constatar que el avance de la pandemia del coronavirus no hace sino aumentar la vigencia de la película. Cuando llevábamos una hora con Matt Damon, Kate Winslet y compañía, mi hija se sorprendió porque una de las medidas que toman no casa con las actuales, lo cual quiere decir que hasta ese momento todo le había parecido un retrato fidedigno de lo que ahora estámos viviendo.

Hace unos días se viralizó un trailer de Contagio acompañado del cuento chino de que se trataba de una película premonitoria grabada en 2019 y que aún no se había estrenado. Esta es una de las fake news más estúpidas que recuerdo, porque la realidad es mucho más sorprendente que el bulo, ya que el film data de 2011.  

El Covid-19 será un capítulo estrella de los futuros libros de medicina, historia, sociología, economía, geopolítica... Y también habría merecido entrar en la Historia de la estupidez humana, de Paul Tabori. El autor relató un caso digno de mención en estos tiempos de mascarillas. El doctor Cohausen, médico alemán del siglo XVIII, difundió el método Hermippus, un tipo que vivió hasta los 115 años y 5 días gracias al aliento de muchachas jóvenes, según una antigua inscripción. «El aliento del enfermo es infeccioso, porque lleva la simiente de la enfermedad. Si esta premisa es cierta, también debe serlo la contraria –escribió Cohausen–. El aliento de una persona sana contiene elementos sanos, vigorizadores y, si dicho aliento es inhalado por otros, esos elementos ingresaran en la sangre, la refrescarán y acelerarán su circulación». Todo lo cual era especialmente beneficioso si lo aplicaban muchachas jóvenes y sanas. 

Del libro se publicaron varias ediciones y se tradujo a otras lenguas. El éxito asustó al propio Cohausen, que confesó que su teoría era en realidad una mistificación científica para burlarse del mundo. Un precedente de estúpidos como Josep Pàmies y su MMS milagroso.

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