El parking de la Llibertat de Reus, 20 años de una de las mayores transformaciones

Supuso un salto tecnológico en la red de aparcamientos municipales y también un cambio a nivel urbanístico

20 junio 2020 18:50 | Actualizado a 25 junio 2020 08:08
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Fue un 21 de junio cuando los primeros coches accedieron al parking de la Llibertat de Reus. Tras meses de excavaciones y largos trabajos, las 400 plazas de aparcamiento estaban listas para ser usadas. El equipamiento suponía un salto cualitativo con las «más avanzadas tecnologías», según se describía en la época. Y es que el parking incorporaba innovadores elementos como las pantallas informativas de las plazas libres o indicadores luminosos junto a cada estacionamiento.

Ese 21 de junio por la tarde, el entonces alcalde de la ciudad de Reus, Lluís Miquel Pérez, fue el encargado de inaugurar el que era ya el tercer parking municipal de la ciudad –junto al de Les Oques y el del Baluard– y con el que se duplicaban las plazas de aparcamiento soterradas, pasando de 500 a prácticamente 1.000. La inversión fue de 290 millones de pesetas (1,7 millones de euros), cantidad que se sumaba a los 112 millones (más de 670.000 euros) que costaron los trabajos previos para la instalación de los nuevos sistemas de servicios e iluminación.

De ese día se cumplen, justamente hoy, 20 años. Han transcurrido dos décadas, tiempo en el que el parking de la Llibertat ha duplicado su capacidad (en 2006 se inauguró la ampliación con 500 plazas más) y la red de parkings municipales ha crecido hasta los diez equipamientos actuales. No obstante, el de la plaza de la Llibertat sigue siendo «imprescindible. La puerta de entrada de la zona norte de la ciudad y muy utilizado por los visitantes», describe la actual concejal de Urbanisme i Mobilitat del Ayuntamiento de Reus, Marina Berasategui, quien recuerda el salto tecnológico que supuso este aparcamiento. Más allá de los elementos indicativos de la disponibilidad de plazas, Berasategui remarca también la anchura de los pasadizos y el buen nivel de iluminación, «con una visión de género», señala. Además, fue entonces cuando se creó la tarjeta multiparking entre la red de aparcamientos municipales, elemento que hasta entonces no existía y que se creyó necesario para facilitar la movilidad de los usuarios entre los tres equipamientos.

Una nueva plaza sin monolito

Ese 21 de junio del año 2000 representó un importante paso hacia lo que también suponía una transformación urbanística de esta zona de la ciudad que, en ese momento, «en el imaginario de la ciudadanía era la periferia», recuerda la concejal Marina Berasategui, que añade: «El proyecto fue pensado para que el espacio adquiriera una nueva centralidad. En su momento se consiguió y ahora este hito está totalmente alcanzado. La plaza de la Llibertat acoge actividades culturales y tiene muchas posibilidades de uso».

Inaugurado el parking, Reus tuvo que esperar exactamente un año para ver cómo se iniciaban las obras de la plaza. Y es que la empresa encargada de los trabajos no fue adjudicada hasta el mes de abril de 2001. A pesar de la demora, y de la impaciencia de los vecinos al ver la plaza vallada durante meses, también en junio empezó la transformación de una plaza que en las últimas décadas había sido presidida por el monolito levantado en honor a los caídos del bando nacional durante la Guerra Civil Española, símbolo franquista que fue trasladado en 1998 al cementerio municipal. Además, se inició la búsqueda de la primera piedra de dicho monolito que las autoridades franquistas colocaron en la entrada de los antiguos cuarteles, pero sin resultado.

Este fue un primer paso hacia el lavado de cara de la plaza. «Se pasó de aceras estrechas a las nuevas, de 25 metros», apunta la concejal de Urbanisme i Mobilitat, Marina Berasategui, quien también destaca el arbolado, «que da continuidad al Parc Sant Jordi». La plaza de la Llibertat adquirió un aspecto totalmente distinto, más moderno y con mayor posibilidad para acoger actos de todo tipo.

Seguir sumando parkings

Como se comentaba anteriormente, en 2006 se inauguró la ampliación del parking de la Llibertat con 500 plazas nuevas bajo de la avenida de Sant Jordi repartidas entre dos plantas. Como recuerda Berasategui, la intención inicial era habilitar en la Llibertat tres niveles, «pero técnicamente se optó por dejarlo en dos por cuestiones de estabilidad del terreno». Justamente en la zona había un refugio antiaéreo, pero su mal estado impidió que fuera conservado y se optó por destruirlo.

Con la imposibilidad de habilitar más plantas, la concejal recuerda que el proyecto está totalmente finalizado y consolidado. «En lo que puede crecer el parking de la Llibertat es en prestaciones y servicio», señala Berasategui. Pero aquí no terminan los planes. Y es que la intención del consistorio es seguir ampliando la red de aparcamientos municipales, que cuenta con una media de 400.000 usuarios anuales.

Según la concejal, ahora la prioridad se centra en el proyecto conocido como ‘Hispania’, donde hay actualmente la zona azul de Riera Miró y donde se prevé construir viviendas, además de habilitar un parking subterráneo. Otra prioridad es el Carme, donde se tiene que ubicar el desdoblamiento del CAP Sant Pere. Más allá, se plantean también otros proyectos, «pero ya a medio/largo plazo».

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