El pleno abordará el último paso para construir el nuevo Centre Social El Roser

El gobierno espera contar con el apoyo de la oposición para realizar una modificación de crédito de 500.000 euros

05 noviembre 2018 10:57 | Actualizado a 07 noviembre 2018 10:40
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El pleno de esta tarde debatirá la modificación de crédito de poco más de medio millón de euros para iniciar las obras de adecuación de la antigua prisión El Roser. El espacio está previsto que se convierta en un nuevo centro social con diversidad de servicios para los más necesitados: Desde un comedor social a un espacio de acogida temporal, entre otros.

El gobierno municipal, en minoría, requiere del apoyo o la abstención de los grupos en la oposición. La propuesta que pasará hoy por el pleno es mover las partidas necesarias para reconducir el dinero hacia el proyecto. Un presupuesto que, según explica la concejal de Benestar Social, Montserrat Vilella, «proviene del 3% social del Ayuntamiento, es decir, del consistorio, los organismos autónomos y las empresas municipales. Ello conlleva que debamos hacer una aprobación en el pleno para disponer del dinero y empezar las obras». 

Fuentes del gobierno aseguran que esperan que los partidos den luz verde al proyecto, pues se trata «de un equipamiento que puede ayudar a resolver problemáticas sociales muy complicadas y que son presentes en la ciudad». 

Un proyecto único 

El gobierno presentó la idea del nuevo Centre Social El Roser el pasado mes de febrero. Ya entonces se anunció la voluntad de iniciar las obras antes de finalizar el año. De hecho, si el pleno diese luz verde a la modificación de crédito, una vez se haya terminado el proyecto arquitectónico se adjudicará la construcción de la primera fase, con un presupuesto de 540.000 euros. A ello hace falta sumar los cerca de 150.000 euros que costó la redacción del proyecto. Para el futuro, para cuando se disponga de la partida necesaria, quedaría una segunda fase que podría superar los 600.000 euros de inversión.

La primera fase del Centre Social El Roser permitirá la construcción de un comedor social y también de una cafetería. De hecho, la voluntad del gobierno municipal es cerrar el actual comedor, ubicado en la calle Joaquim Bartrina, y trasladar los servicios a las nuevas instalaciones una vez finalicen las obras. El nuevo comedor social tendrá capacidad para 50 personas y acogerá una empresa de inclusión que se encargará del cátering. 

Además, también se prevé la construcción de una zona de almacenaje para gestionar el volumen de alimentos frescos que se consiguen con el programa Gestió Alimentaria de aprovechamiento de comida. La idea sería concentrar los 16 puntos de distribución de alimentos en una especie de supermercado, que pueda abrir todos los días, mañana y tarde, a la que puedan dirigirse las personas con prescripción de los servicios sociales del Ayuntamiento. 

Montserrat Vilella, explica que «el sistema permitirá ayudar de forma más eficaz», pues ahora, los puntos de distribución trabajan de forma quincenal, lo que reduce la capacidad de gestión de los alimentos frescos. «En un único espacio, manteniendo las parroquias que también ayudan a través de los servicios sociales, podremos disponer de alimentos frescos todos los días». 

La concejal explica que el centro «es el que me hubiera gustado que hubiera en la ciudad cuando estalló la crisis». La gente que se atenderá en el centro «tiene necesidades elementales: un plato en la mesa y un lugar donde dormir». Asegura que «un centro social como éste puede facilitar la organización para ayudarles». 

Para una segunda fase quedará la construcción de un espacio de acogida temporal y también unas oficinas destinadas a los servicios sociales. 

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