Juan Pedro López, el último carabinero del Camp de Tarragona

Reportaje. Formó parte del Cuerpo de Carabineros durante la Segunda República, el cuerpo militar que vigilaba costas y fronteras

29 septiembre 2019 10:20 | Actualizado a 05 octubre 2019 09:31
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Era 1937, cuando Juan Pedro López López llegó a Reus desde Almería, España estaba en la II República y Juan tenía 18 años. Se apuntó al Cuerpo de Carabineros –el cuerpo armado español formado el 1829 para vigilar costas, fronteras y la represión del fraude fiscal y del contrabando– por el uniforme y porque le gustaba la autoridad.

A día de hoy aún saluda a la policía como si de un compañero más se tratara. «No fui Guardia Civil, pero la ropa que vestíamos era la misma. Simplemente en vez de llevar tricornio llevábamos una gorra de plato». A sus 100 años es, probablemente, uno de los últimos Carabineros del Camp de Tarragona. Así lo asegura él, que se ha quedado sin sus compañeros de viaje en la experiencia más dura de su vida: combatir en la Guerra Civil y ser preso en los campos de concentración.

Se apuntó al cuerpo militar en el banderín de enganche del arrabal Santa Ana, donde actualmente está el Museo. Lo mandaron a Barcelona a instruirlo y luego a Castellón, el 1937, como centro de destino.

Preso en la batalla del Segre

Fue allí cuando recibió la llamada para ir a combatir a la batalla del Segre. Después de un tiroteo, donde el ejército franquista ganó la batalla, le hicieron prisionero y le quisieron matar, pero «me salvé por mi cara de chiquillo, no aparentaba los 20 años que tenía». López relata que salieron de las vaguadas con las manos en alto. Los franquistas preguntaron por el hombre que llevaba la ametralladora. Querían venganza por haber matado al cabo de su cuadra. «Tiró el fusil hacia mí, pero otro le paró, diciéndole que yo era un canijo y el fusil cambió de dirección para matar a un compañero». De ahí se lo llevaron a San Marcos, en León. Era 1939 y pasó a formar parte del batallón de trabajadores de los campos de concentración. «No quiero explicar qué pasó en el campo de concentración, porque las cosas más vergonzosas y difíciles, lo que es capaz de hacerle un hombre a otro, lo viví ahí».

El cuerpo de carabineros se disolvió y se incorporó a la Guardia Civil en 1940. Juan Pedro López estuvo cinco años haciendo la mili, en lo que él llama «una inmersión militar». Después volvió a Reus, donde construyó su propia vida, con dos hijos y una casa hecha por él. Hoy coge con ilusión el diploma que le reconoce como víctima de la Guerra.

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