La Universidad de Sidney ficha al arquitecto reusense David Tapias

Estará al frente de un proyecto de bloques de viviendas prefabricados de madera, que reúne a profesionales de todo el mundo

17 julio 2017 08:34 | Actualizado a 03 noviembre 2017 13:50
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17 de julio. Hoy es el día en que el arquitecto reusense David Tapias cogerá el vuelo que lo llevará hasta Australia para adentrarse en una nueva etapa vital y profesional. Aunque para él no es un cambio radical. Es un paso más. Una evolución natural de su carrera que le lleva al otro lado del planeta, acompañado, eso sí, de su mujer y su hijo en camino.

Tapias, que también es profesor de universidad, entró en contacto con un laboratorio de investigación de la Universidad de Sidney especializado en la prefabricación. Un mundo que le apasiona. «Me dijeron que estaban a punto de arrancar un proyecto que quizás me podía encajar porque era específicamente lo que a mí me interesaba», señala. Se trata de bloques de viviendas prefabricados y con madera. Algo que le llamó la atención desde el primer momento.

De distintos países

Empezaron a hablar sobre la iniciativa hace casi un año. Y se concretó algunos meses más tarde. Tapias coordinará un equipo de profesionales procedentes de distintos países. «Somos una aparejadora italiana, una arquitecta australiana, un arquitecto inglés –que hasta hace dos años era ingeniero aeronáutico–, y yo», explica. La idea es que el proyecto se desarrolle a tres años vista. Él estará al frente del equipo y aportará su experiencia en el diseño y la construcción de edificios. 

Entre los proyectos que ha llevado a cabo Tapias está el del Centre d’Art Cal Massó de Reus

A este reusense de 43 años, que ha realizado varios proyectos, entre ellos el del Centre d’Art Cal Massó, siempre le ha interesado la prefabricación. Hizo su tesis doctoral sobre Jean Prouvé, un arquitecto francés de la primera mitad del siglo XX, que trabajó para pensar cómo se podría industrializar todo el proceso de construcción de casas. Precisamente este mundo empezó como una rama de Aixopluc, el despacho que Tapias tiene en Reus, enfocada al desarrollo de técnicas para que la gente se pueda construir su casa. Y han trabajado mucho con madera.

Algo que le interesa especialmente del proyecto que desarrollará en Sidney es que se trata de una colaboración de la universidad con una importante constructora australiana, Lend Lease, «que ha realizado como apuesta estratégica el desarrollo de técnicas de prefabricación con madera», explica. Tapias ve que, poco a poco, este tipo de construcciones emergen. «A nivel mundial está de moda. Aunque  es una técnica incipiente y queda mucho por hacer. Más aún en el ámbito de la vivienda», dice.

Al ser una colaboración con una constructora, sus investigaciones no quedarán solo en teoría, sino que se llevarán a la práctica en unos solares que tiene la empresa en medio de la ciudad y donde tiene previsto construir bloques de vivienda. «El trabajo del laboratorio llegará más lejos. Utilizaremos estos casos de estudio para ponerlos en práctica. Así que al final acabaremos construyendo», señala.

Compartimientos estancos

Esto es algo que anima todavía más al arquitecto. Que la investigación y la ejecución se unan. «El despacho y la investigación universitaria acostumbran a ser compartimientos estancos donde trabaja gente distinta», afirma. Pero asegura que en su caso siempre han creído que, pese a ser diferentes, tienen más sentido cuando se unen o interrelacionan.

«No son ámbitos difíciles de combinar, pero quizás no hay tanta cultura de los profesionales por hacerlo, por los costes y el tiempo que tienes que invertir en los proyectos. Y los ritmos son un poco más lentos. Pero también creo que es la forma de producir una arquitectura de más calidad», apunta. Señala que «el tema de la investigación universitaria aquí es un poco precario. Y allí las condiciones de trabajo son muy buenas. Así que nos decidimos y cogeremos experiencia que podremos aplicar aquí a la vuelta, dentro de tres años», señala.

Pese a que se vaya, su despacho seguirá en marcha, con el trabajo de sus compañeros. Y el suyo, desde la distancia. «Una de las cosas que hoy puede hacerse y hace 15 años no es trabajar de forma un poco más remota. No hace falta que estés físicamente en un sitio para producir», apunta. Así que seguirá en Aixopluc, mientras se adentra en su nueva etapa profesional en Australia.

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