La modernización del Mercat Central de Reus ha hecho aumentar su clientela

«Queríamos renovarnos para ser más atractivos para la ciudadanía, cómodos para trabajar y ofrecer un espacio más bonito y acogedor a los clientes. Pero sobre todo, para hacer una apuesta que garantice la perduración del edificio y su función», explica Ildefons Vidal, presidente de los paradistas del Mercat Central de Reus. Ahora, pasear por el mercado del centro de la ciudad, es una experiencia muy distinta a la de hace un año. «Está mucho mejor, es más visual y más ancho», opina Margarita, una clienta habitual, que considera que la renovación ha sido todo un acierto: «Se habían quedado estancados y ahora hay propuestas apetecibles. Tengo ganas de tomarme un cafelito en la zona de degustación... Cuando pase el Covid, claro».

La transformación del espacio empezó hace un año y se está cociendo a fuego lento. Sin embargo, a día de hoy ya se notan los primeros cambios: hay dos espacios habilitados como zona de degustación –cerrados por la pandemia– y ha habido nueve negocios que se han renovado y ampliado, pasando a afectar a 29 paradas y además, se han incorporado nuevos negocios. Actualmente, se está trabajando en la ampliación de dos otros negocios, de cuatro y dos paradas, dando un cómputo global de la renovación de 40 paradas en nueve meses.

Estos primeros pasos, afirman los paradistas, están traduciéndose en buenos resultados. «Hay más gente en el mercado, gente nueva y más ventas», asegura Àlex Gasull, de la charcutería Gasulll. Según él, esto se debe al boca oreja del lavado de cara del Mercat Central: «la clientela viene y nos felicita por el cambio». «Hemos notado más afluencia de clientes», señala Núria Cavallé, paradista de la carnisería Cavallé, que apunta que casi todos los negocios se han sumado a esta renovación. «Hay nueva clientela. Seguramente también ha ayudado los jóvenes que se han acercado a comprar cosas para sus padres durante la pandemia y ya se han quedado como clientes», señala Ildefons.

Una inversión millonaria

La transformación del Mercat Central ha implicado una inversión que entre paradistas y consistorio supera el millón y medio de euros: des de 2019, los negocios han invertido 1,3 millones entre renovación y ampliación de sus paradas, a los que faltaría añadir los 150.000€ que ha inyectado el gobierno reusense a través de Reus Mobilitat i Serveis para reformar la infraestructura, derrocar paradas vacías y construir zonas habilitadas para el consumo de alimentos. Unas cifras millonarias que han dado sus frutos, también, a nivel de ocupación, ya que, ahora mismo, el Mercat tiene un 85% de las 119 paradas hábiles para la venta ocupadas. Algo que, significa un incremento del 25% respecto al 2019, cuando la ocupación alcanzaba el 60%.

¿Cuáles han sido los factores claves de este nuevo impulso? Por un lado, la voluntad de los paradistas de renovarse. No sólo en la estética, sino en la oferta de productos y formas de consumo. Ya hace tiempo que se aplica la venda ‘online’ a través de la plataforma Ulabox -que en su prueba piloto dejó cerca de 50.000€ facturados. Por otro lado, cada vez hay más paradas que se han adaptado al ritmo frenético laboral y ofrecen la venda de platos preparados. Por ello, consideran todo un acierto la construcción de dos nuevas zonas comunes de degustación -espacios con mesas y sillas de maderas. Un proyecto impulsado por el consistorio que implicó derribar ocho paradas cercanas a los accesos y salidas del edificio. De hecho, el Ayuntamiento de Reus se ha implicado de lleno en este impulso del Mercat Central. Otro ejemplo de ello fue la puesta a concurso público de 29 paradas con un precio bonificado y por más de 20 años de concesión.

Con el mismo objetivo de ampliar la oferta y la clientela, el consistorio anunció la aplicación una ampliación horaria en las instalaciones. Algo que se ha ido aplazando por la pandemia y por la disconformidad de la mayoría de paradistas, que consideran que no tienen personal suficiente para cubrir las horas o tiempo suficiente para poder garantizar, de este modo, la calidad y frescura de sus productos. «Si lo pensamos en materia de ampliar los mediodías...no creo que llegáramos a tener la clientela suficiente... al final somos un pueblo y la gente come en su casa, que la tiene al lado», señala Gassull. «La ampliación del horario en la campaña de navidad –de 8 a 19 h de miércoles a viernes– implicaba demasiados días. Habría que acotarlo mejor, el miércoles sobraba», opina Cavallé. En ese aspecto, desde el consistorio apuntan que la aplicación queda de momento, aplazada, y que no hay una fecha oficial para implantarla.

¿Un restaurante en el Mercat?

Otro factor clave es el de introducir la experiencia gastronómica al Mercat Central. Para ello se está trabajando en varias direcciones. Una es la instalación de humaredas que permitan cocinar en el interior del edificio garantizando la seguridad. Aunque ya estén instaladas, de momento, ningún negocio se ha interesado en empalmar la instalación para poder hacer uso de ellas. En ese aspecto, los clientes apunta que «es una opción interesante que hace 15 años atrás nunca nos hubiéramos planteado, un paso más en la restauración», señala Josep Lluís. Antonio, por su parte, considera que el éxito de esta oferta gastronómica, que de momento se limitará a los platos preparados «dependerá mucho del coste de estos platos, si no es asequible económicamente, la gente no vendrá aunque el entorno acompañe».

También se habla de la posibilidad que el antiguo Caprabo sea un nuevo restaurante. Según apuntan fuentes consultadas, el consistorio derribará la zona del supermercado para dar cabida a esta nueva oferta. No hay, sin embargo, confirmación oficial.