El día de Reyes, poco después de las 21 horas, el 112 recibía una llamada. El mensaje anunciaba que había una persona en el puente de las vías del tren, cerca de un supermercado, en la plaza Almoster y avenida del General Moragues, que pretendía quitarse la vida tirándose a las vías del tren.
La llamada activó a diferentes cuerpos de seguridad, ambulancias del SEM, Bombers... y Renfe cortó el paso de posibles convoyes en esta vía mientras se intentaba disuadir de sus intenciones al hombre, de 38 años de edad.
Las primeras conversaciones con el suicida no daban resultado y él seguía en el empeño de tirarse del puente. Sin embargo, el hombre decidió que hablaría, pero con una mujer. Declinaba cualquier argumento si procedía de un hombre.
En el lugar había una agente de la Guàrdia Urbana. Fue ella la que hizo de mediadora, de psicóloga y con el paso de los minutos logró que el hombre desistiera de su actitud, se bajara del puente y aceptara ayuda médica.
Una vez fuera de peligro, se informó a Renfe de que podía reactivar la operatividad de la línea férrea y técnicos del SEM se encargaron de atender al hombre, que primero fue al hospital Sant Joan de Reus y luego, y por voluntad propia, accedió a ingresar al Institut Pere Mata.
Mientras el suicida era derivado por canales médicos, la protagonista fue la agente de la Guàrdia Urbana de Reus, que recibió felicitaciones de sus compañeros, de Mossos, Bombers y del SEM.
Quizá el mejor regalo del día de Reyes fue que ella logró salvar una vida en acto de servicio.