La reforma en las viviendas, al alza tras el confinamiento

Durante las semanas de confinamiento por la pandemia del Covid-19 muchas reformas y rehabilitaciones de viviendas quedaron paralizadas. A finales de mayo, en plena fase de desescalada, se permitieron retomar estos trabajos por lo que, desde entonces, este tipo de obras ha ido al alza.

Andimac, la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción –organización empresarial que representa al comercio especializado en soluciones para el mantenimiento, equipamiento, construcción y reforma–, calcula que la intención de hacer obras de mejora y mantenimiento en los hogares ha escalado 9 puntos en el último mes, situándose este porcentaje en el 28%, después de que el pasado 23 de mayo se levantaran las prohibiciones impuestas en viviendas habitadas.

Esta mayor disposición a hacer reformas contrasta con los datos registrados en el trimestre anterior, en el que el sector sufrió abultadas caídas continuadas del 35% en marzo y del 75% en abril, que se suavizaron hasta el 10% en mayo como consecuencia de la apertura de la demanda retenida. No obstante, en estos tres meses las pérdidas acumuladas por culpa de la pandemia ascenderían hasta los 1.700 millones de euros, aproximadamente, en el mercado de materiales para reforma.

Desde el Gremi de la Construcció del Baix Camp, su presidente, Gregori Salvat, explica al Diari que «es normal que las obras de reforma y mantenimiento hayan aumentado en este mes y medio porque antes no podíamos entrar en las viviendas o en las comunidades de vecinos. Eran obras que no eran muy importantes y que quedaron aplazadas y ahora se están reactivando, produciendo un poco más de acumulación de trabajo».

Este hecho también es constatado por el constructor Aleix Plana, de Plana Hortoneda SL, quien comenta que «hay más movimiento. Se junta el trabajo contratado antes de la pandemia más el actual, por lo que vamos un poco colapsados».

Salvat está convencido de que «hasta que no pasen dos o tres meses la situación no se regulará. El problema es que no podemos aumentar las plantillas para trabajos que son de 15 días. Además, mucha gente no está preparada».

Muchos de estos trabajos que se han retomado son de «comunidades que tenían cosas por hacer y se habían parado –por ejemplo arreglo de fachadas–, mantenimiento casi todo, o poner un ascensor en un bloque. Estos trabajos se retomaron en última semana de mayo. Aunque ha habido comunidades de vecinos que hasta la primera semana de junio no han hecho nada porque han sido más precavidas o porque algún vecino no quería ir tan rápido».

Por último, también se ha dado algún caso, sobre todo entre particulares, «que tenían previsto hacer alguna obra de reforma pero que la han aplazado porque no les iba bien económicamente».

Verano, el periodo más propicio

De cara al futuro más inminente, Andimac estima que más del 70% de los hogares realizarán algún tipo de reparación a lo largo del verano. Y es que si tradicionalmente el periodo comprendido entre junio y septiembre es el más propicio para llevar a cabo este tipo de actuaciones, al coincidir con las vacaciones de verano, este año se podrían incrementar estos trabajos.

La patronal atribuye este auge estival de la reforma a los tres meses de confinamiento a los que se han visto sometidos los españoles, quienes han pasado más tiempo que nunca dentro de sus viviendas, pudiéndose percatar de deficiencias y posibilidades de mejora, también con vistas a una nueva reclusión en el otoño si hubiera un rebrote.

Andimac informa de que casi se ha multiplicado por cuatro el número de personas que se han interesado en conocer el estado de mantenimiento de sus casas y que han participado en el estudio ‘Quiero Vivir Mejor’, puesto en marcha por ‘Cuida Tu Casa’ –una iniciativa de la patronal para saber cómo viven los españoles dentro de sus hogares–. Aunque las obras más frecuentes son en cocinas y baños, la patronal augura un importante número de actuaciones para acondicionar los hogares –sobre todo las segundas residencias– para pasar las vacaciones y para teletrabajar, una tendencia que se asentará en las empresas que hayan seguido operativas durante la pandemia.

Pero a los problemas relacionados con las condiciones de las viviendas para teletrabajar, el exceso de ruidos, las humedades o las pérdidas de temperatura se añade el derroche de energía por el que hasta un 40% de las emisiones que se registran en las ciudades proceden del consumo en hogares y edificios. Y ello se debe, fundamentalmente, a que el parque de edificios envejece a un ritmo anual del 1,8%, mientras la rehabilitación edificatoria afecta únicamente al 0,15% del mismo.